El polémico arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve terminó convertido en el gran consejero en la búsqueda de salidas a la protesta de Cali. Su casa en el sur de la ciudad se volvió destino obligado. Allí han llegado el Defensor del pueblo y los delegados del Presidente con la consejera de las regiones, la caleña Ana María Palau.
#Noti90 La Gobernación del Valle y la Arquidiócesis de Cali buscan crear corredores comunitarios para el abastecimiento de elementos esenciales y alimentos.https://t.co/47T56zl2NN
— Noticiero 90 Minutos (@Noti90Minutos) May 5, 2021
Pero también hablan con él dirigentes de los barrios populares a quienes conocen desde siempre, por ser un sacerdote que trabaja con la gente, en el barro. Es común oír decir que es “el único que tiene la llave del candado” para desescalar la violencia.
Es de las pocas personas que el Alcalde Jorge Iván Ospina escucha, porque las casas curales de los sacerdotes en los barrios son lugares donde los vecinos tiene arribo.
Gracias a su mediación se consiguieron los corredores humanitarios para que quienes bloqueaban las vías de acceso a la ciudad permitieran la entrada de combustibles, medicamentos y alimentos y recuperar la recolección de basuras.
Los equipos de la Arquidiócesis le están ayudando también los manifestantes a organizar sus peticiones y construir la confianza necesaria para iniciar las mesas de diálogo. La gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán ha sido la primera gobernadora en instalar mesas de dialogo con los manifestantes. Sus diez años en Cali han vuelto a Monseñor Monsalve un gran conocedor de los problemas de la ciudad, una experiencia que le llegó la hora de aprovechar al máximo.