Era grande la expectativa frente a la movida del presidente Gustavo Petro con las Fuerzas Armadas que siempre ha enfrentado; primero desde la guerrilla del M-19, luego con sus debates de la parapolítica en el Congreso y constantemente por las violaciones a los derechos humanos y excesos en la utilización de la fuerza contra la protesta social.
Y ciertamente armó un revolcón de fondo para que el general Luis Mauricio Ospina pudiera ser nombrado comandante del Ejército, poder nombrar al general Henry Armando Sanabria en la dirección de la Policía y a Yackeline Navarro en la subdirección, escogidos con lupa, ya que esta es la institución que será sometida a una reinegeniería profunda.
¿Quién es el general Luis Mauricio Ospina, el escogido de Petro para ser comandante del Ejército?
La jerarquía en las Fuerzas Armadas quedó patas arriba de un plumazo. Salieron del Ejército 16 Mayores generales: MG. Díaz Gómez, MG.Carvajal Villamizar, MG.Tafur García, MG.López Guerrero, MG.Garzon Rey, MG.Rodríguez Aparicio, MG.Robinson Vallejo, MG.Navarro Jiménez, MG.Leguizamón Zárate, MG.Galvis Díaz, MG.Moreno Ojeda, MG.Forero Tascón, MG Hoyos Rojas, MG.Chávez Mahecha, MG.López Barreto y MG.Cardozo Santamaría.
Asimismo, de la Policía tendrán que dejar la institución 24 mayores generales para abrirle el espacio a la brigadier general Navarro, la mujer de más alto rango en la Policía. El nuevo director ocupaba el puesto diez en la jerarquía.
En la Armada Nacional el movimiento interno fue menos drástico y el ascenso del vicealmirante Francisco Hernando Cubides significó el retiro de seis generales y en la FAC —cuyo nuevo comandante será el general Luis Carlos Córdoba— de seis más. Todos los salientes generales llevaban al menos 30 años de servicio con el uniforme.
Hasta el momento estos movimientos han sido sin consideración de quién es quién, simplemente efecto en el cambio de la estructura jerárquica por los nuevos nombramientos y ascensos. Vendrán luego los cambios en los mandos por parte del ministro de defensa, Iván Velásquez, producto del análisis de las investigaciones por falsos positivos o violaciones de derechos humanos o corrupción. Todo muy en la línea de la política de seguridad humana que enunció en su primer Consejo de seguridad que instaló en Quibdó (Chocó), ante el que la cúpula del gobierno de Iván Duque no disimuló su incomodidad.