Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), para el trimestre consolidado entre marzo y mayo, en Colombia se estiman precipitaciones por encima de lo normal, especialmente en gran parte de las regiones Andina, Caribe y Orinoquía. El modelo determinístico del Ideam predice que los incrementos de lluvia podrían ser superiores al 20% en estas áreas. Y, aunque para el resto del país las probabilidades de precipitaciones tienen valores cercanos a lo normal, en la Amazonía se esperan disminuciones de entre el 10% y el 30%, sobre todo en Vaupés, oriente de Caquetá y noreste de Amazonas.
En este sentido, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y el Ideam informaron sobre los escenarios de riesgo que por cuenta de la variabilidad climática enfrentará el país estos primeros meses: esta condición climática genera lluvias, heladas, fuertes vientos y altas temperaturas de manera simultánea en diversas regiones, por lo que el monitoreo resulta determinantes para la toma de decisiones hacia una mejor prevención.
De cara a la variabilidad climática y de sus riesgos asociados, Esri Colombia creó el geoportal Pronóstico de Amenazas en Colombia, una herramienta que, con información oficial y en tiempo real, actualiza diariamente la información sobre las zonas del país con alertas de incendios y deslizamientos a nivel departamental y municipal, y con alertas de inundaciones por subzona hidrográfica (SZH).
Según este geoportal, de acceso público, en este momento en Colombia hay 2 alertas rojas (alta amenaza) activas por incendios de cobertura vegetal: una en La Guajira y otra en el Cesar. La semana pasada había 19 alertas rojas activas.
Además, se visualizan 93 alertas rojas por amenaza de deslizamientos de tierra. En Caquetá, Cauca, Chocó, Huila, Nariño, Putumayo, Valle del Cauca, Cundinamarca, Meta, Tolima, y ocho alertas rojas por amenazas hidrológicas en los ríos Amaime y Cerrito, río Guachal y los ríos Guabas -Sabaletas y Sonso, en Valle del Cauca; en Río Bajo San Jorge y en La Mojana - Río Cauca, en la región Caribe. Cabe recordar que a mediados del año pasado, La Mojana sufrió una de las peores inundaciones de su historia reciente. En ese momento, los datos por satélite mostraban que casi 860.000 hectáreas estaban inundadas, un aumento significativo respecto a las 590.000 hectáreas registradas en abril de 2022.
Si bien a finales del año pasado la UNGRD emitió la Circular 094 del 23 de diciembre de 2024, que establece lineamientos para gobernadores, alcaldes y miembros del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, con el fin de preparar y alistar al país ante las condiciones climáticas de este 2025, el uso de herramientas tecnológicas para el monitoreo continuo de las distintas situaciones en el territorio nacional es determinante para la prevención de riesgos de desastre.
Al respecto, Vanessa Guzmán, gerente de sostenibilidad de Esri Colombia afirma que la tecnología que usa el IDEAM para generar mapas georreferenciados les permiten conocer cómo se comportan las temperaturas en el país, las precipitaciones y las diferentes amenazas. En este sentido, el uso de tecnología geoespacial es vital para abordar esta coyuntura climática, porque permite tomar decisiones acertadas y oportunas para disminuir los impactos y, en contravía, cuantificar los datos y tomar decisiones post eventos.
Acciones preventivas y reactivas
La integración entre los datos satelitales, imágenes aéreas de drones, sensores remotos e imágenes en dos dimensiones permite que la gestión del fenómeno de La Niña y del fenómeno del Niño, específicamente, sea más proactiva, gracias a la obtención de datos geoespaciales que entregan información en tiempo real. Se trata de una herramienta que soporta las estrategias, incluidas la preparación, la respuesta y la rehabilitación.
Por ejemplo, antes del desastre, por medio de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) es posible anticiparse a los hechos, haciendo uso de modelaciones bajo las condiciones que se puedan presentar. Es posible anticipar y delimitar zonas con mayor vulnerabilidad para idear estrategias específicas y reducir las potenciales afectaciones.
Después del desastre, los SIG facilitan la gestión haciendo uso de información que permite hacer una adecuada inversión de los recursos materiales, de personal y de recursos económicos, dependiendo de las necesidades identificadas en el proceso de evaluación de la afectación.
A través de mapas interactivos en vivo, como el geoportal de Pronóstico de Amenazas de Colombia, las organizaciones encuentran recursos que les permiten actuar ante varios tipos de crisis: terremotos, inundaciones, situaciones humanitarias, deslizamientos de tierras, incendios forestales, huracanes y clima severo, entre otras.
“Los SIG proporcionan a los equipos de emergencia herramientas para identificar, analizar y comprender el paisaje. Cuando se inicia una situación de emergencia, los mapas proporcionan el conocimiento de la situación que los responsables de la toma de decisiones necesitan para salvar vidas y proteger las propiedades y el ecosistema”, puntualiza Guzmán.
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