Silvestre José, o el Mónaco como llaman al hijo del cantante de Silvestre Dangond, creció entre acordeones, desde que tiene uso de razón acompañó a su padre a cada concierto o toque, y si no lo hacía, en la casa siempre lo recibía con su canto. Decidido a seguir sus pasos y convertirse un ídolo musical, el Mónaco se lanzó al agua pero no lo hizo sin la bendición de su papá.
Con toda la artillería, Silvestre y el Mónaco, con el nombre artistas de SJ, lanzaron No tenemos la culpa, una canción urbana al ritmo del acordeón en el que un padre aconseja a un hijo como conquistas a la mujer de sus sueños. A esto se le suma, la presentación en Miami de Silvestre en la que invitó a su hijo en tarima. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, pues a pesar de las buenas intenciones del joven muchos han definido su estilo como gritón, ronco y sin ritmo.
Aunque la canción logró disimular la descoordinada, en vivo y directo pasó todo lo contrario. En redes sociales, le piden a Silvestre que aconseje a su hijo se dedique a otra cosa.