Hay un aspecto que sin duda le podemos abonar como positivo al proceso de negociaciones que se está dando en Cuba.
En un número importante, se aprecia inquietud de varias personas por conocer detalles de lo que allí está sucediendo, las opiniones son diversas, es gratificante visualizar unas muy bien fundamentadas, analíticas, con prospectiva y juiciosas de lo que está pasando y lo que se puede desprender de ese proceso, cada vez son más las personas que entienden y reflexionan que lo que en ese escenario se acuerde, tiene injerencia grande en el acontecer de la Nación.
Lo sucedido en otros procesos en el mundo es motivo de análisis y tomado como referente y comparación por muchas personas preocupadas; escuchamos a menudo hablar con dominio del tema sobre las varias negociaciones, más de noventa (90) que se han dado en el mundo, describen el proceso que se vivió en Irlanda y como fue el “decomissioning” o sistema que se empleó para la entrega de las armas en ese país, otros prefieren hablar de los acontecimientos en el Salvador y Guatemala comentan las etapas vividas por las fuerzas de seguridad en esas Naciones, otros opinan de los sucesos en España y la famosa decisión de la Moncloa, también mencionan a Sierra Leona en el África donde como consecuencia de los acuerdos liberaron a miles de niños combatientes, el caso de Sur África y las concesiones dadas por el admirado Mandela, son muchos los argumentos, comparaciones y conceptos de que aplica y que no para el caso Colombiano.
Las siglas DDR, Desarme Desmovilización y Reintegración ya son familiares; en este instante histórico y de tanto alcance para el país, todos aquellos diligentes colombianos que cada día son más, mentalizados producto de la situación que vive el país y que han leído y estudiado otras negociaciones, podrán hallar como analogía que los años pasan y en todos esos países que han firmado compromisos, se sigue luchando por superar las múltiples dificultades que han surgido y procuran solucionar otros viejos problemas que aún quedan sin resolver.
Los temas afines a esas conversaciones se tratan con propiedad y conocimiento a nivel de reuniones de amigos, de familia o en tertulias de carácter social. Lo anterior reviste toda la importancia, que entendamos, que nos involucremos, que nos mentalicemos que los momentos actuales y los diálogos, sin duda fijaran el nuevo rumbo de lo que nos tocará vivir a los colombianos.
El proceso electoral del 2014, las elecciones Parlamentarias y Presidenciales son el vínculo para que las preocupaciones que se están dando individual y colectivamente sobre el proceso, puedan tener un camino adecuado y ser resueltas positivamente. Con lo que se viene planteando a pesar que no ha sido aprobado aún por el legislativo, la tendencia del Gobierno nos indica que bien en Marzo o Mayo del año venidero nos corresponderá en las elecciones decidir o refrendar lo que se nos presente como acordado en un referéndum.
Difícil tarea de los encargados de preparar la redacción de las preguntas de unos acuerdos a los que no se ha llegado, más difícil será para nosotros analizar el contenido, su significado y las consecuencias para los próximos años en el acontecer Nacional.
No podemos permitir que después de este proceso ambiguo de él que sin duda no se calcularon las consecuencias y con las elecciones que se aproximan, el país quede en una situación incierta, continúen las profundas brechas entre los diferentes sectores, no podemos ser tan irresponsables de dar el voto por alguien o por unas tesis que no tengamos plena certeza de que camino va a tomar, no es tiempo de improvisaciones.
Que importante es recordar lo que percibimos por los medios cuando ciudadanos Venezolanos reclamaban aireadamente haciendo sonar cacerolas, el manejo inadecuado de las últimas votaciones y clamaban con desespero poder cambiar el sistema de Gobierno que se enquistó en ese país en el reciente pasado en forma pausada, desapercibida y silenciosa cambiando para mal su vida y libertades; los hermanos como los llamamos, no frenaron en el momento oportuno esa hoy realidad palpable y sufren las consecuencias; la desatención, falta de preocupación y visión analítica, no les permitió apreciar el panorama que se les venía encima. Hubo cantos de sirena, embelesos y ellos cayeron en ese hueco profundo aparentemente sin salida.
No perdamos un solo momento de vista quienes son los que están sentados al otro lado de la mesa, ya lo exprese en uno de mis escritos anteriores, el proceso puede ser diferente a los otros que el país ha intentado, lo que no es diferente ni nunca lo será es con quien estamos negociando.
El horizonte político actual de nuestro país no es claro, con el paso de los días se verán las opciones, candidatos y programas, nos presentarán las iniciativas y harán sus promesas, es la hora de reflexión y meditación profunda, cada uno de nosotros tendrá con madurez que preocuparse por Colombia, la familia y en el futuro de nuestro hijos y su descendencia, son tiempos de pensamiento razonado, la tarea consiste en estudiar y analizar con detenimiento a cada candidato, su experiencia no necesariamente en lo político, su programa de trabajo, su perfil personal, sus convicciones, su lealtad y trayectoria profesional. Bien vale la pena recordar la frase
Colombia no puede entrar a formar parte de los países que se dejaron sorprender y que hoy día viven las consecuencias de la falta de previsión, en el mundo hay varios ejemplos.
Corolario.
• El Gobierno quiere levantarse de la mesa? Hay indicios que nos hacen pensar así. Analicemos sesudamente si es lo mejor.
• Preocupante escuchar que hay varios colombianos estudiando la posibilidad de salir del país.
• El nombre de República Bolivariana de Colombia, no me suena para nada bien.
Momentos de profunda reflexión
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