¿En qué momento el departamento cordobés se volvió un cartel?, es una pregunta que se hacen a diario los cordobeses. Particularmente, desde que la Fiscalía demostró con su investigación cuál era la maniobra que se utilizaba para crear pacientes con hemofilia y cobrar por la entrega de medicamentos. Para la configuración de este cartel se necesitaron fundaciones que con la ayuda de funcionarios públicos de las Secretarías de Salud del departamento de Córdoba cobraran ilícitamente $40.000 millones de pesos.
Gracias a una auditoría que se realizó la Contraloría General de la República entre 2012 y 2015 se conocieron irregularidades en el período de Lyons Muskus como gobernador de Córdoba, vinculándolo así con dicho cartel. Luego de que cayera el fiscal anticorrupción, Luis Moreno, por pedir dinero a Lyons para beneficiarlo en los casos que este enfrenta, el nuevo personaje que se sumó al acto delictivo fue el actual gobernador de Córdoba, Edwin Besaile Fayad. Él también habría desembolsado unos $300.000 millones de pesos a Daniel Fernando Díaz Torres, fiscal 78 anticorrupción, para que no se le investigara por el suceso vinculado con el cartel de hemofilia. La presunta entrega del dinero estaría demostrada en una grabación que Lyons proporcionó en el proceso de colaboración que está desarrollándose en Estados Unidos.
Todavía hoy trato de asimilar en qué momento pasó toda esta tragedia y comprender el gran daño que estos gobernantes le han hecho a Córdoba. Además, a todo esto se suma la pérdida de esperanza que hoy se siente en el ambiente del departamento, pero como este es el país macondiano, estoy seguro de que en unas próximas elecciones veré a los mismos en el poder. Está demostrado que nuestra sociedad no tiene memoria y sí la tiene es de corto plazo, ¡construyamos sociedad y no carteles!