Por estos días, en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia, se están llevando a cabo los debates con los diez candidatos a la rectoría, de los cuales, dos son afrocolombianos; un hecho sin precedentes en la historia de esta institución, la más importante de Colombia. Este proceso finalizará el 21 de marzo, fecha en que el Consejo Superior convocará una sesión extraordinaria para elegir al nuevo rector.
El otro hecho sin precedentes ha sido la persecución y hostigamiento al candidato afrocolombiano, Moisés Cetre, por parte de un sector del estudiantado, los cuales le acusan de ser un acosador sexual. Vale la pena resaltar que estas mismas acusaciones surgieron en la pasada campaña electoral.
La persecución mediática y el hostigamiento alcanzaron su pico, el pasado 16 de febrero (2024), en la Facultad de Medicina, cuando un grupo de estudiantes que asistieron a la socialización de las propuestas de los candidatos impidió, que el docente Cetré hiciera uso de la palabra para exponer su plan de trabajo.
El grupo de estudiantes exigía de forma vehemente y eufórica, que el candidato Cetré abandonara el debate, porque, según ellos, él era un acosador. Además, sostenían que la Universidad Nacional no podía seguir apoyando a acosadores y violadores, ya que hace tres años habían solicitado que las personas denunciadas por acoso no fueran candidatas.
El candidato Cetré ha salido al paso a estas acusaciones, argumentado —como ya lo ha hecho en múltiples ocasiones —, que las autoridades competentes fallaron a su favor, al no encontrar prueba alguna, por tanto, él es un candidato legitimo en la contienda por ocupar el cargo más importante de la Universidad Nacional.
Sumado a esto, el candidato Cetré ha dejado constancia del acoso y la persecución en su contra, por medio de un comunicado dirigido al Consejo Superior Universitario de la UNAL, con copia al presidente de la República, Gustavo Petro, a Margarita Cabello, Procuradora de Colombia y a la Rectora, Dolly Montoya, en el cual expresa que se le pretende encasillar en temas de «violencias género».
Asimismo, el candidato Cetré manifiesta en dicho comunicado, que hasta la fecha no se ha podido comprobar ninguna de las acusaciones, y que la Universidad Nacional ha brindado su anuencia al permitir envío de correos masivos a la comunidad universitaria desde las representaciones estudiantiles, como sucedió el pasado jueves 15 de febrero con el mensaje titulado «Rechazo al Accionar de Candidatos a la Rectoría», lo cual lo deja en clara desventaja con los demás candidatos.
El candidato Cetré sostiene que «es un convencido de que la Universidad Nacional de Colombia es una institución donde se respeta la libertad de expresión, pero también representa un espacio que debe proteger los derechos de todos los ciudadanos, entre ellos, la Presunción de Inocencia, consagrada en el artículo 29 de nuestra Constitución Política». Por tal motivo, solicita que el Consejo Superior Universitario de la UNAL se pronuncie frente a los anteriores hechos, y se conmine a los diferentes estamentos a que se respete su candidatura y se garantice su participación en igualdad de condiciones para expresar sus propuestas, evitando la estigmatización y el señalamiento sin fundamento.
De manera categórica debemos ratificar que estamos a favor de la libre expresión, pero esta debe tener sus límites. Por tanto, los escenarios de debate deben ser lugares donde las ideas o principios filosóficos primen por encima de los improperios.
Sumado a esto, el candidato adiciona que ni en los estatutos de la Universidad Nacional ni en los de ninguna universidad pública de Colombia está escrito que sea de obligatorio cumplimiento, que un docente tenga que servirle de fiador a una secretaria que no conoce.