A golpes de pasión e inteligencia, y exhibiendo una originalidad por momentos desconcertante, Mockus llegó a ocupar lugar prominente en las preferencias electorales de los colombianos. Su irrupción en el escenario público significó aire refrescante en el enrarecido panorama de la política nacional, aunque su peculiar estilo nunca ha dejado de provocar controversias. Junto a muchas actitudes inspiradoras en el persiste cierta tendencia a la disrupción, a la profanación que confunde.
Antanas fue el Alcalde iluminado que habló por primera vez de cultura ciudadana, haciéndonos entender que los habitantes tenemos obligaciones insoslayables en materia de relacionamiento, y debemos poner de nuestra parte para hacer posible la convivencia colectiva. Las ideas del burgomaestre se desgranaron en varias iniciativas impactantes como la hora zanahoria, el desarme total de la ciudad, el ahorro voluntario de agua, las tarjetas de premio o castigo. Un conjunto de iniciativas que conformaron la más grande experiencia de educación informal que haya existido.
Como lo reconociera el propio Mockus en alguna oportunidad, estas acciones de gobierno encontraron inspiración en el pensamiento del profesor Carlo Federici, matemático y humanista genovés vinculado a la Universidad Nacional durante decenios. En opinión del pensador italiano la pedagogía representa la forma suprema de la política.
Junto a estos destellos Mockus ha tenido momentos obscuros. Ridiculez, procacidad, irresponsabilidad, le enrostran sus malquerientes. El origen de la animadversión se encuentra en ciertos comportamientos “peculiares” que comienzan con la bajada de pantalones ante un nutrido grupo de estudiantes cuando se desempeñaba como rector de la Universidad Nacional y continúan con la renuncia incomprensible a su primera Alcaldía. Luego siguen vasos de agua a los rostros de Peñalosa, Lleras de la fuente y Serpa en distintos debates de carácter electoral, y una nueva destapada del sentadero en la sesión inaugural de la actual legislatura.
Pero sin duda la situación más controversial relacionada con el exalcalde es la vinculada con su inscripción como candidato al senado por el Partido Verde mientras estaba presuntamente incurso en una inhabilidad contemplada en la ley. Como es sabido tal situación dio lugar a que el Consejo de Estado cancelara su credencial como congresista. Se trata de una determinación funesta, con impredecibles consecuencias tanto para el directamente afectado como para la organización política a la que pertenece.
Las repercusiones empiezan con la pérdida del cargo
y pueden extenderse
a la eventual declaratoria de silla vacía
Las repercusiones empiezan con la pérdida del cargo y pueden extenderse a la eventual declaratoria de silla vacía. También podría darse lugar a una condena por perjurio al haber proclamado al posesionarse y bajo juramento, la inexistencia de impedimentos. A lo anterior vendrían a sumarse impactos patrimoniales tanto para el candidato como para el partido involucrados.
Ante la dura determinación judicial el profesor Mockus reiteró la absoluta buena fe que ha acompañado todas sus actuaciones, y anunció su voluntad de someterse a los dictados de la ley acudiendo en lo procedente a los recursos establecidos. Con este propósito confirió poder a Humberto de la Calle Lombana para adelantar la defensa de sus intereses.
Atendiendo tal encargo De la Calle elaboró una tutela en la cual solicita dejar sin efectos la sentencia que declaró nula la elección. El abogado fundamenta su petición en tres argumentos siendo el principal que mediante una sentencia previa del 19 de febrero de 2019, la Sala Primera especial de Decisión de Pérdida de Investidura del Consejo, había resuelto por unanimidad negar las pretensiones de otra demanda que también buscaba anular la elección del senador por presunta inhabilidad relacionada con la celebración de contratos. Con ese antecedente resultaba exótico, cuando no inaceptable que días después, el 11 de abril, la Sección 5º del Consejo de Estado emitiera otra sentencia despojando a Mockus de su curul por razones iguales a las que habías desechado.
En palabras de De la Calle la sentencia posterior constituye violación directa al principio según el cual nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Además la nueva providencia habrían desconocido los mecanismos legales establecidos para evitar sentencias contradictorias entre salas y secciones del Consejo de Estado.
Más allá de lo que pueda pensarse sobre la actuación de Antanas Mockus al inscribirse a pesar de unas hipotéticas inhabilidades, la situación que él enfronta devela la absoluta falta de seguridad jurídica que se registra en el país. Parece que ni siquiera en las altas cortes se respetan los fallos proferidos por sus mismas reparticiones.
Peor aún, frente a actuaciones tan incoherentes por parte de la justicia vuelve a saltar la sombra de los fallos influidos por consideraciones extra procesales, incluso de carácter político. Un caso que debería ser paradigmático en su transparencia y rigor procesal por cuanto se refiere al congresista más votado del país, termina convertido en fuente de sospechas, desconfianza y desencuentros. Será `por eso que tratándose de independencia judicial el indicador World Index ubica a Colombia en el puesto ciento doce.