La figura de Antanas Mockus nos la han vendido como la del prohombre que todo colombiano debería seguir como ejemplo para llegar a la excelencia. Su "independencia" lo convirtió en un faro moral contra la corrupción, y en todas las campañas electorales aparece abanderando a alguien que se muestra incapaz de ser por sí mismo si no tiene al exrector de la Nacional a su lado. Sí, ese es Mockus, un camaleón que ha transitado por los senderos de todas las ideologías sin asumir responsabilidad por sus actos.
El último paquetazo es Enrique Peñalosa, alguien a quien siempre ha tenido en sus afectos, a pesar de tener un pequeño historial de rivales políticos. Mockus le ganó la alcaldía a Peñalosa en los años noventa, pero luego este se volvió el ejecutador de su obra en Bogotá y defendió la "cultura ciudadana" que reinaba en la capital: mimos y no sé que más cantidad de payasadas que al final no transformaron un centímetro de ciudad.
Para 2010 Enrique Peñalosa, Lucho Garzón y Antanas Mockus se unieron en el Partido Verde para llegar a la Presidencia de Colombia. Se les vio muy juntitos, muy felices vistiendo de verde y entregando girasoles. Venadillos de la pradera, cómo diría mi mamá. En 2014 el elegido fue Peñalosa para buscar el trono en la Casa de Nariño, pero ese sí que no tenía posibilidades frente al candidato de Uribe o al propio Juan Manuel Santos, que tenía la carta fuerte del proceso de paz. Mockus jugó a dos bandas sin ningún problema, pues estaba pensando en su futuro económico, como al final sucedió cuando su Corporación se ganó jugosos contratos de Paz con Juan Manuel Santos. Peñalosa se pegó una quemada como pocas, pero tras un buen baño de leche de magnesia volvió renovado para la Alcaldía de Bogotá. Obviamente Mockus no podía faltar, y muy sonriente se le vio con Carlos Fernando Galán (el autoproclamado independiente) y Marta Lucía Ramírez. El uribismo junto a Mockus, el mismo que dice rechazar pero escuchar para poder debatir.
Es verdad, Mockus ha transitado por todos los caminos buscando el diálogo político, pero nunca se ha alejado del peñalosismo, una corriente de la que él es prácticamente fundador.