Desde diciembre de 2015 se ha comentado extensamente acerca de la venta de Isagen. A pesar de ser una noticia ampliamente conocida es extraño que algunas personas no se han dado por enteradas siendo beneficiarias directas de ese negocio: 6000 personas mantienen sus títulos debajo del colchón a pesar de poder recibir un beneficio con la venta.
Estos accionistas adquirieron su parte de Isagen durante el gobierno de Álvaro Uribe Velez en el denominado programa de democratización ( privatización ) “Isagen, acciones con energía” que vendió una porción de la empresa en forma de pequeños paquetes accionarios dirigidos a personas del común y sin experiencia en la bolsa de valores.
En esa democratización (que fue en 2007) ofreció paquetes desde mil acciones a cambio de una inversión 1´130.000 pesos colombianos poniendo al alcance de miles de personas esta inversión: en total la cantidad de accionistas llegó a los 71.000 de los cuales un gran porcentaje correspondió a accionistas inexpertos.
Después de 8 años de esa privatización parcial empezó a sonar con fuerza la noticia de que el gobierno vendería su parte mayoritaria en Isagen: esto significaba que un nuevo propietario probablemente quisiera hacerse a todas las acciones comprando su parte a los accionistas minoritarios.
La privatización final se dió enero de 2016 cuando el gobierno logró vender su porción mayoritaria de Isagen a la multinacional Canadiense Brookfield. Pocas semanas despues la nueva accionista mayoritaria decidió lanzar una serie de OPAs (ofertas públicas de adquisición) a 4130 pesos por cada acción dirigidas a los accionistas minoritarios.
Durante los últimos 12 meses pasados se realizaron 3 de esas OPA de manera que Brookfield alcanzó a recoger hasta el 99.7 % de las acciones. Este alto porcentaje es el resultado de lo atractivo de la oferta: algunos accionistas multiplicaron nominalmente por 4 su inversión inicial: un paquete de 1000 acciones pasó de los 1´130.000 pesos de 2007 a 4´130.000 pesos de 2017 como en el caso de los que compraron acciones en 2007.
El misterio de todo esto es que hay 6000 personas (de las cuales la mayoría compraron en 2007) que se quedaron con 4’130.000 o más guardados debajo del colchón porque no participaron en las OPA y no se acercan a una comisionista a que les vendan sus acciones a pesar de que aún se está tranzando a buen precio.
Después de dejar pasar tantas oportunidades se acerca rapidamente la fecha final en que la acción de Isagen va a desaparecer de la bolsa haciendo más difícil su negociación: ni siquiera así aparecen los 6000 accionistas faltantes. Estos accionistas pareciera estuvieran siguiendo literalmente el eslogan de los opositores a la privatización: “Isagen no se vende”