Con el perdón del admirado Nairo Quintana y reconociendo obviamente el tamaño de su gesta —y la admiración que le profeso— mi deportista del año es Catherine Ibargüen. Sé de sobra que el ciclismo es deporte nacional en estas tierras y aún así tributo homenaje a esta mujer que ha vivido un año excepcional tanto así que no es exagerado decir que es la atleta más importante que haya vestido el uniforme nacional. Su sonrisa como eco de sus triunfos ilumina al sol de esta nación.
Hace tiempo ya que la música hecha por colombianos se respira en el aire de cualquier país. Hace tiempo ya que al momento de llamar a recibir un premio internacional se escuchan colombianos nombres y se ven abrazos colombianos sobre los escenarios al recibir honores. Están en la lista de lo más escuchado y atrás y delante de los créditos de lo más vendido. No es un asunto pasajero que pueda nombrarse como la Hora Colombiana porque, simplemente, este país ya está inscrito en la lógica, el reconocimiento y el talento de la industria mundial. Con un panorama así mi músico del año es Juancho Valencia capaz de componer un musical que cuenta una ciudad y días después dirigir el encuentro entre la calle de Crew Peligrosos y el salón de la Sinfónica de Colombia en el Teatro Colón, al tiempo que produce el motivo por el que Chocquibtown es nominado a los Grammy anglo y Maité Hontelé recibe el mismo honor a los Grammy latinos. Y su banda Puerto Candelaria es —para mí, como todo lo que aquí escribo— lo más interesante que está sucediendo actualmente en nuestra música contemporánea. Los puedes disfrutar por festivales de aquí y de allá con pleno orgullo de ser y representar el lugar en el que han nacido. No hay un género que encasille a estos desgenerados. Juancho levanta puentes donde otros ven barreras.
En literatura mi personaje del año por estos lares es Héctor Abad Faciolince. Su esperado regreso a la novela está a la altura de la inmensa expectativa que despertó pasados siete, ocho años, de espera luego del entrañable El olvido que seremos —libro que ha logrado cifras de venta que se comparan con Cien años de soledad— y es así porque La Oculta nos revela un paisaje interior al que el país le esquiva la mirada. Un relato envolvente, sensible, con giros sorprendentes por el que los lectores agradecemos que Abad haya podido ganarle la batalla a su bloqueo de escritor y nos haya entregado uno de los momentos más altos de su producción literaria al publicar La Oculta.
También encuentro a los personajes del año en listados que no existen porque nadie ha oído hablar de ellos pero su forma de vivir hace mejor para los demás este lugar. Son gente que trabaja con convicción y que nos inspira. Afuera hay vientos de desesperanza que suelen soplar con tal fuerza en el mundo de hoy que rara vez el pesimismo abandona los titulares de prensa y sin embargo ellos se levantan con confianza y persistencia cada mañana. Hablo de aquel hombre que, ganándose el salario mínimo, procura que a su familia no le falte nada. Hablo de la señora de la tienda de la esquina que aún fía a sus vecinos y abre su vitrina aunque los grandes supermercados se quieran hacer pasar por tiendas de barrio. Hablo de esa pareja que compró con ilusión un apartamento que resultó mal construido porque no tuvo cimientos la ética del constructor y ellos no han dejado de reclamar un día por ellos y por los demás. Hablo de la profesora de escuela pública vereda adentro en la Antioquia profunda que no pide que la trasladen a un lugar más cómodo para ella sino que busca computador y cuadernos para sus alumnos. Hablo de ellos que son personajes del año para los que tienen cerca porque hicieron posible para tantos que 2014 fuera el año que fue. Y son ellos el motivo para que el optimismo sea posible en el año que vendrá.
Los oscuros personaje del año
Grandes negocios se han hecho en este país este año. Grandes negocios se hacen cada día. Multimillonarios flujos hacen que circulen inversión, trabajo y esperanza. Yo quisiera destacar a esos líderes que tienen su escritorio con bases firmes en el suelo del país que les da de comer a ellos y a nosotros también, que los hay son valiosísimos. Pero las denuncias de la Superintendencia de Industria y Comercio no se pueden dejar pasar por alto así no más. En economía mi personaje del año son las reconocidas empresas que componen el Cartel de los Pañales y el Cartel del Papel Higiénico. Y mañana ya veremos cuántos carteles empresariales más se han de destapar gracias a estas investigaciones.
Entonces mi personaje del año en la economía son ellos, los oscuros personajes del año, porque el país les ha dado la confianza y los consumidores su dinero cada vez que pasamos por el mercado a buscar productos de primera necesidad por los que ellos han acordado secreta y privadamente cobrarnos mucho más de lo que cuestan en realidad. Este robo continuado, de corrupción bien acreditada, es un acto de violencia que no debemos contemplar indiferentes. Le meten la mano a todos los estratos para robarnos y luego se dan la mano entre ellos. Les dejo por aquí la listica:
CARTEL EMPRESARIAL DEL PAPEL HIGIÉNICO | Familia, Kimberly, Drypers, Papeles Nacionales, Cartones y Papeles de Risaralda (lea aquí:http://cort.as/Mc1z)
CARTEL EMPRESARIAL DE LOS PAÑALES | Familia, Kimberly, Drypers, Tecnosur – Tecnoquímicas (Lea aquí:http://cort.as/FMv7)
Que venga un año nuevo en el que encontremos más personajes para el orgullo y menos para la vergüenza.