Si Colombia fuera un campo de fútbol tendríamos eternamente dos equipos. Uno, el del Gobierno, muy parecido al Atlético Nacional que acumula 45 puntos en la liga Colombia y cuyo técnico sería el Presidente de la República; y el otro sería el Pueblo, para el caso actual, parecido al Envigado, que apenas llega a 12 puntos ocupando el último puesto, con el agravante de que no tiene técnico, ni jugadores estrellas, apenas un conjunto desordenado de jugadores mal pagos algunos, y otros sin paga, luchando por no descender.
Y el eterno partido entre esos dos equipos siempre llega al mismo resultado: el Gobierno golea al Pueblo. Los grandes delanteros del equipo Gobierno son los ministros, jugadores muy bien pagados, no solo por salario sino por otros incentivos. Esos jugadores valen lo que pesan, literalmente. Los dueños del equipo viven felices con ellos.Las utilidades son millonarias. En el campo de juego tienen un excelente dominio del balón y su posesión del mismo es cercana al 100%.
El otro equipo en cambio no tiene grandes delanteros. Por lo menos así parece ya que casi nunca los vemos cerca al arco rival ubicado en el Capitolio Nacional. Algunas pocas veces se arriman pero no logran agarrar el balón. Pero lo peor es que sus defensas están desnutridos y su arco permanece sin arquero ya que éste anda rebuscándose la plata para educar a sus hijos.
Es lamentable la desigualdad de ese partido. Recientemente pudimos ver a dos hábiles delanteros del equipo Gobierno metiendo el balón en el arco del equipo rival.
Primero, salió esta semana el experimentado ministro de hacienda Mauricio Cárdenas por punta derecha, y le solicitó al Congreso NO aprobar el proyecto de ley que buscaba devolver al equipo Pueblo los recargos por trabajo nocturno y dominical que había quitado el anterior técnico de Gobierno en el año 2002. Este delantero es famoso porque el año pasado metió dos goles en un mismo partido, aumentando el IVA al 19% y rebajando impuestos a los ricos y empresarios.
Después salió también por la derecha una joven figura, el ministro de minas Germán Arce, a decir que las consultas populares (puro pueblo) no pueden definir el ordenamiento territorial de un municipio. Que el Gobierno las va a reglamentar para cerrarle al equipo Pueblo cualquier posibilidad de anotar. En este caso el equipo Gobierno va a arreglar en la mesa lo que no pudo ganar en la cancha ya que Pueblo ganó el partido de la consulta en Cajamarca al oponerse masivamente a la explotación minera en su territorio. Es posible que esta vez la comisión arbitral —Corte Constitucional— haga justicia y avale el resultado.
Quisiera poder decir que Gobierno y Pueblo están en el mismo equipo, ya que el primero está en la cancha por voluntad del segundo, pero como hemos visto, no es así. Estas dos apariciones de los ministros del gobierno Santos durante la última semana son una prueba fehaciente de que el equipo Pueblo siempre elige al técnico del equipo Gobierno para lo siga goleando. Común caso de autoflagelación continua!