Como es posible que no se lo hayan enseñado en las altas universidades gringas donde ganó tantos lauros académicos, y como es probable que muchos lectores lo tengan olvidado, les recordamos a todos, Ministro y lectores, lo que significa el latinajo del título. En los juegos mortales del Coliseo de Roma, los gladiadores condenados a morir en la arena para festejar al público de sangre ávido, tenían la obligación de despedirse del César con ese saludo: “Ave César. Los que van a morir te saludan”.
No hablamos por nadie, porque de nadie tenemos representación. Pero todo el que se sienta condenado a morir por orden de Cárdenas, tendrá derecho a pensar que lo tuvimos en cuenta al escribir esta inútil protesta.
No es normal en países civilizados que a un puñado de ciudadanos sea menester ofrecerles protección especial, con carros blindados y escoltas armadas. No es normal. Pero es que Colombia no es un país normal. Y la anormalidad la producen, muy principalmente, los contertulios de Santos en La Habana. Porque ellos asesinan al que dice los no le les conviene que digan, al que piensa como a ellos no les gusta, al que eleva una voz para protestar por sus crímenes, al que tiene una finca que apetecen y se niega a entregarla, o al que tiene algún dinero que se le quieren robar. En Colombia matan a la gente y la matan sobre todo los que ahora se pavonean en Cuba como Padres de la Patria, siendo sus impiadosos asesinos. Y por esa circunstancia existe la Unidad Nacional de Protección, y los escoltas y los carros blindados.
Dejar esa gente indefensa y desprotegida, es condenarla a muerte. Así de sencillo. Porque la protección no se otorga sino después de cuidadoso estudio donde expertos miden la magnitud del riesgo que tiene la víctima potencial. Así que dejarla desasistida de ese excepcional cuidado, es matarla. O si se quiere dicho de otro modo, permitir a sabiendas que la maten.
La Unidad Nacional de Protección ha gastado este año más de lo presupuestado. Pero no porque tenga irrefrenable propensión al gasto inútil. Es porque en este país anormal las Farc y otros bandidos amenazan de muerte a más colombianos. Y por orden del Gobierno los protege la UNP. Y por eso la plata se le agota y por eso le ha pedido a Cárdenas los setenta mil millones de pesos que le hacen falta, porque de otro modo no podrá proteger tanta gente, y van a matar un poco de colombianos entre septiembre y enero.
Cárdenas, tan juicioso y metódico, revisa sus cuentas y concluye: no hay plata. Que tendré que cancelar los esquemas de protección. Que se cancelen. Que van a matar un poco de gente, insiste Villamizar, el Director de la UNP. No es mi asunto, replica Cárdenas. Mi asunto es la plata, y no la tengo.
Ya la UNP, aunque parezca mentira, le ha cursado carta a sus escoltas diciéndoles que gracias y que adiós. No hay plata. Que devuelvan los elementos usados, como carros blindados, radioteléfonos y armas. Desde este lunes quedarán condenados a muerte muchos colombianos. Periodistas opositores, jueces valerosos, defensores de derechos humanos, amenazados por sus bienes o por cualquier cosa. Pero no es asunto de Cárdenas. Su asunto es la plata y no le queda. Que se defiendan como puedan esos protegidos. Que vayan al CAI más cercano o que no vuelvan a salir de la casa. O que se vayan a otra parte mientras la UNP siga sin plata.
Nos parece que Cárdenas no es tan listo como para ser Ministro de Hacienda. Es una percepción muy especial y respetuosa. Pero de seguro que no es tan tonto como para no darse cuenta de lo que está haciendo. Por donde sospechamos que para barbaridad semejante tiene que estar suficientemente apoyado por Juanpa. ¿Y por qué Juanpa toma una decisión tan brutal?
No es fácil penetrar en la mente de un perverso. Pero se nos antoja que ha pedido la lista de los protegidos y descubierto que muy buen número de ellos son seguidores de Uribe, o que probablemente lo sean. De modo que aparece linda ocasión para una buena limpieza política. El Gobierno no tiene la culpa de que las Farc maten mucha gente este fin de año. Y cuando no hay plata, no hay plata.
La plata está en mermelada, en 18.000 nuevos funcionarios, en cuatro ministerios nuevos con sus carros, sus secretarias, sus asesores y sus viáticos. En publicidad para defender el buen nombre del Gobierno, que es mucho más importante que defender la vida de unos cuantos desagradecidos que piensan que Juanpa no es el mejor Presidente de la Historia. De modo que déjelos matar, Cárdenas. Tenemos el momento y la disculpa perfectos. Amén.