La corrupción y la inmoralidad pública forman parte nuestra identidad nacional. La llamada moral pública es un canto a la bandera. Los escándalos por corrupción se han convertido en parte del paisaje, al igual que los debates de control político, las amenazas de tumbar ministros. Aquí no se rinde nadie, ni se cae ningún venal o corrupto para abajo, todos caen para arriba. Las mociones de censura terminan en cálidos abrazos al ministro cuestionado. Así pasó con Reficar, Saludcoop, Caprecom, el robo de la Avenida 26, Agroingreso Seguro, la venta de Isagén, para no alargar la cuenta ni el prontuario.
Con el robo de los dineros de la comida de los escolares ha pasado algo curioso. Ante la avalancha de denuncias por los contratos otorgados por alcaldes y gobernadores a sus amigotes, la ministra Gina Parody decidió sumarse al coro de los que gritaban cójanlos, corruptos, para eludir sus propias responsabilidades en la vigilancia y control de los dineros públicos dedicados a paliar el hambre de los niños, como lo ha denunciado la Contraloría general e ilustrado con fotografías que producen vergüenza y estupor.
Ahora ha sido denunciada por plagiar un proyecto de ley “por el cual se regula el Programa de Alimentación Escolar, se crea la Agencia Nacional para la Alimentación Escolar, y se modifican disposiciones orgánicas referentes a la utilización de recursos destinados a la alimentación escolar”.
Según Yoir Akerman, columnista de El Espectador, “al comparar los dos textos y determinar cuántas palabras diferentes hay y qué porcentaje de similitud tienen, el resultado fue contundente: más del 87 por ciento del contenido de estos documentos es idéntico”, es decir, se trata un abierto y descarado robo de las ideas de otro sin dar el crédito respectivo al autor. Un delito, cuya gravedad es mayor, si quien lo comete es la propia Ministra de Educación responsable de vigilar e inspeccionar que los estudiantes del país no se copien ni recurran al plagio en sus estudios o exámenes.
Mientras en Alemania en septiembre del año pasado, la ministra de educación presentó renuncia, al ser denunciada por un plagio que cometió en su tesis doctoral, en Colombia no va a pasar nada con la Ministra Parody. La ministra alemana, Anette Schavan, rápidamente y por sus propios medios tomó la decisión de renunciar, reconociendo su error y el grave daño que causaba al gobierno de Angela Merkel su continuidad en el cargo. En Colombia, ante una situación similar, no va a pasar nada. La ministra Parody seguirá en su cargo, recurrirá al pataleo de ahogada y abogada, dirá que se está exagerando, que es una conspiración fraguada por sus enemigos políticos, asistirá al consabido debate al Senado y saldrá inocente y sonriente del mismo, protegida por los votos de la mayoría de gobierno y cubierta de abrazos, así estos respaldos signifiquen entregar nuevos contratos a sus jueces de oficio.
