Ministra Angulo, llegó la hora de ponerse la diez con la etnoeducación

Ministra Angulo, llegó la hora de ponerse la diez con la etnoeducación

A veces quienes generan las directrices educativas olvidan el contexto social y geográfico de las personas que se ven afectadas por sus decisiones

Por: Daniel Fernando Alcalde Tobar
octubre 21, 2019
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Ministra Angulo, llegó la hora de ponerse la diez con la etnoeducación

En Colombia, la educación a lo largo de muchos años tiende a la estandarización y globalización del conocimiento. Por esta razón los saberes que son universales se tienen en cuenta a la hora de redactar lineamientos, políticas, estándares u orientaciones por parte del Ministerio de Educación (MEN). Sin embargo, existe algo tan elemental en nuestro mundo real que a veces quienes se encargan de generar estas directrices simplemente no lo visualizan como relevante. Se trata de los contextos sociales y geográficos en los que están asentadas las instituciones educativas y en especial las poblaciones de estudiantes que son el objetivo de las IE y todas sus directrices educativas.

La discusión a propósito de este tema está abierta a conveniencia de los actores que están interviniendo en esta problemática, bien sean los docentes mayoritarios, el MEN, la SEM, los sindicatos de maestros como SUTEV, ASIEVA, y las asociaciones de maestros etnoeducadores, tanto de carácter afrodescendiente como indígena. ¿Pero, Pedro, has preguntado a la población cómo se siente, qué necesita o qué opina al respecto?

Es evidente que a Pedro solo le interesa suplir la necesidad del servicio o apenas está entendiendo el concepto de diáspora étnica, es decir, ya se ha hablado por parte de personas que han venido desde el África a hablarnos de la Diáspora Africana (Walker, 2012), pero además, ya desde Venezuela están hablando de una Diáspora Venezolana (Reyes, 2016). Entonces, quiero referirme a eso, a que los modelos de escuela tradicional que se están ofreciendo a estas poblaciones están siendo el tipo de escuela, especialmente a los maestros.

Es preciso analizar con detenimiento el rol del maestro o del dependiente educativo dentro de los procesos etnoeducativos, su adiestramiento y formación, su perfil, sus relaciones y compromisos con la comunidad, con sus atribuciones y organizaciones, con las instituciones, con el desarrollo local, regional y nacional y, por supuesto, con la población de estudiantes.

En estos contextos, la escuela se transforma en un dispositivo propio de socialización y creación de procesos, en un canon de negociación y edificación de sentido, es decir, de vida, y en un espacio de simbolización, construcción, formalización, desarrollo, apreciación, recuperación y producción de conocimientos y saberes; de ahí, la importancia de los docentes en todo este engranaje de piezas.

Recordemos que al pasar el tiempo todo evoluciona. De hecho, es notorio que con el paso de los años las necesidades de los educandos han ido evolucionando o mutando, por así decirlo. Esa es una de las razones que se plantea en Profesores y profesoras en el ojo del huracán, donde se señala que es necesario observar el trabajo docente desde una mirada más interdisciplinar (así como intercultural), no como una serie de tareas desarticuladas y fragmentadas que no implican consecuencias por dicha desarticulación; sino que este tipo de desempeño profesional de los educadores solo se puede entender de manera explícita cuando lo contemplamos como algo integrado, cuando analizamos lo que hacemos y pensamos tomando en consideración perspectivas de análisis muy diversas (Torres Santomé, 2006).

Para ir dejando mi mensaje a Pedro, para que lo entienda María Victoria, debemos pensar en otras herramientas que influyan para aportar en el proceso de formación o educación o etnoeducación, para que siempre estén siendo concebidas en pro del merecimiento de una calidad educativa para las poblaciones de estudiantes, bien sean provenientes de las Diásporas Africanas o Venezolanas. Esto debe incluir: propuestas didácticas, nuevas relaciones y reflexiones de comunicación emprendidas desde zonas de aprendizaje óptimas para la ejecución de currículos pertinentes a los entornos y, por supuesto, que cimienten una posibilidad de educación loable para los todos y todas nuestros educandos.

¿Entendiste, María Victoria Angulo?

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Referencias

Reyes, A. (17 de mayo de 2016). La diáspora venezolana. Obtenido de Diario El Nacional de Venezuela.

Torres Santomé, J. (2006). Profesoras y profesores en el ojo del huracán. Madrid: La Coruña.

Walker, S. (2012). Conocimiento desde Adentro. Los Afrosudamericanos hablan de sus pueblos y sus historias. Popayan-Colombia: UC Universidad del Cauca.

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