El mundo tiene sus ojos puestos sobre los incendios que están acabando con la selva amazónica e Internet ha servido como una herramienta para difundir las terribles imágenes y testimonios de los afectados, así como para meter presión al gobierno brasileño, en cabeza de Jair Bolsonaro. El mandatario es visto como el culpable de la catástrofe ambiental por no tomar medidas al respecto y, en cambio, culpar a colectivos ciudadanos y ONGs.
Avaaz, una comunidad global nacida en 2007 y que tiene miembros en diferentes partes del planeta, emprendió la misión de recolectar voces de inconformidad por el maltrato a la Amazonía y publicó una petición para que cualquiera pueda unirse en señal de protesta. En cuestión de semanas, cantidades importantes de personas han firmado la solicitud (1.700.000) y la plataforma tuvo que doblar su meta de uno a dos millones. Este número está próximo a cumplirse y se espera que se pueda presentar ante el Congreso de Brasil.