Miguel Polo Polo se ha destacado prácticamente por tres cosas: tener el suficiente tiempo para desperdiciarlo en Twitter, lamerle a los políticos del Centro Democrático en busca de algún contrato —hecho que ya consiguió por medio de María Fernanda Cabal en el Ministerio de las TIC— y últimamente por cazar pelea con otros tuiteros alternativos. Es en este punto donde Miguel Polo Polo se ha levantado como un referente intelectual para el uribismo. Pero su estrategia es bastante fácil de desmontar. Aparte había que tener en cuenta el carácter arribista y pusilánime del tuitero uribista.
Hace pocos meses, Miguel Polo Polo sorprendió al mundo político con la noticia de que aún no sería candidato presidencial. ¿Alguien sensato acaso imagina que el tuitero puede llegar a ocupar un cargo de elección popular? ¿Alguien creía acaso que Miguel Polo Polo podría ser candidato presidencial? Armadas con bodegas como está Twitter, por aquel entonces, una masa amorfa y acéfala creyó que esto era posible. Hoy se hacen llamar Juventudes Polo Polistas. Un grupo de hombres y mujeres que al calor de un argumento simplista enardece en aplausos al joven tuitero, sin detenerse a pensar en un minuto si lo que el muchacho dice es medianamente cierto o real.
MIguel Polo Polo con suerte logró terminar una carrera en administración de empresas en una universidad pública, pero ahora se siente en condiciones de refutar a expertos en economía. A sus bodegas, las juventudes polo polistas, los sorprende su elocuencia o eso creen ellos. Como estas bodegas carecen de la capacidad de razonar, debatir o argumentar, creen que dos o tres palabras dichas fuera de contexto por Polo Polo son una verdad universal irrefutable.
No se puede desconocer que Polo Polo es un muchacho sagaz que ha sabido mantenerse en la opinión pública gracias a sus escándalos. Primero lo intentó tratando de desmentir algunos relatos que sobre él circulaban en Twitter, como el de haberse introducido un pepino por el ano o desmentir que fuera alias “Chita”. La reacción natural era que en redes sociales lo tomen a Polo Polo como un símbolo de burla nacional —algo que el tuitero parecía no darse cuenta—. Ahora su estrategia es otra: rivalizar con otros tuiteros, como Margarita Rosa de Francisco, Wally, Levy Rincón, Alejandro Riaño o Beto Coral. Polo Polo aún no sabe que los aplausos que recibe de las Juventudes Polo Polistas son gracias al algoritmo de las redes sociales que buscan perfiles con mayor porcentaje de afinidad. Y como no lo sabe, Polo Polo está convencido de que la aceptación que siente es mayoritaria. Ya sea en sus vídeos desmintiendo las noticias que sobre él circulan en redes sociales o rivalizando con tuiteros, el sentimiento general que despierta Polo Polo es el mismo: la burla a un pobre hombre caribeño que ante la falta de atención del mundo ha decidido hacer un meme de sí mismo.
La estrategia usada por Miguel Polo Polo para rivalizar con sus opositores políticos es la misma: identifica a un tuitero que tenga bastante reconocimiento social y esté siendo tendencia por alguna crítica al gobierno —Margarita Rosa de Francisco, Wally, Levy Rincón, Alejandro Riaño o Beto Coral— para no contraargumentar el mensaje, sino para atacar a la persona. Este círculo amarillista es el que gozan las juventudes polo polistas. Ni Miguel Polo Polo ni las juventudes polo polistas están en capacidad de sostener un debate político, democrático, económico o tributario. A Margarita Rosa le dijo que era una “blasfema baretera”, de Levy Rincón ha dicho que es “un mantenido” y un “prepago” del periodismo; su polémica con Beto Coral lo llevó a que se metiera con su hijo; a Alejandro Riaño le reclamó si le debía plata o estaba enamorado de él y a Wally solo pudo reclamarle porque decía tantas veces hijueputa. Al que denigra de sus opositores con los peores calificativos posibles lo asusta un hijueputazo en un vídeo.
En todas sus polémicas, Polo Polo argumenta como cualquier estudiante de primer semestre de economía; la satisfacción de las necesidades básicas debe ser pagada por los ciudadanos a través de los impuestos y un Estado libre privilegia la libre competencia. Miguel Polo Polo no ha podido salir de esas dos premisas, ni su capacidad intelectual le ha permitido pensar en otras aristas de las mismas. Mucho menos es capaz de aterrizar estos dos principios a la realidad colombiana y al actuar de un gobierno como el de Iván Duque.
Es obvio que las Juventudes Polo Polistas no alcanzan a comprender la complejidad de estas dos premisas esbozadas por Miguel Polo Polo y quedan seducidos por el ataque personal del tuitero y su tono humillante, amenazante y arribista. Al carecer de una mediana capacidad intelectual, las Juventudes Polo Polistas y el uribismo en pleno reducen el progreso de esta nación a un odio personal contra Gustavo Petro y cualquier persona que represente los movimientos alternativos y sociales o sean seguidores de ellos.
Por último, Miguel Polo Polo esboza sus tonterías en vídeos solitarios o en pequeños tuits, pero es incapaz de mantener un debate serio con cualquier persona. Así lo demostró alguna vez Levy Rincón en una entrevista realizada al tuitero uribista. Y para tener un sentido de autocomplacencia, Polo Polo retuitea los comentarios de sus seguidores.
Más allá de ver a Polo Polo como un pobre ser caribeño que ha hecho un meme de sí mismo, se debe analizar con cuidado el comportamiento de las Juventudes Polo Polistas pues son capaces, en su profunda ignorancia, de hacerle un daño terrible al país, como el que le hicieron las juventudes duquistas o las juventudes palomistas.
