El pasado viernes, Eric Adams, el alcalde de Nueva York, anunció la apertura de un campamento de tiendas para que los migrantes enviados por el gobernador de Texas vayan a vivir.
El campamento está ubicado en Orquídea Beach, en El Bronx, un sitio donde el crimen está creciendo, según los vecinos, mientras las organizaciones que defienden los derechos de los desamparados establecidos, afirman que van a demandar a la ciudad por preferencias hacia los recién llegados.
Por tal motivo, la polémica en torno a los migrantes sigue creciendo. De inmediato, Marjorie Velásquez, la concejal del distrito donde está el campamento, protestó y le exigió a Adams, garantías para el vecindario.
“Hace cien años, la Estatua de la Libertad, recibió a aquellos que venían cansados y hambrientos. No podemos perder la tradición”, repite Adams como una letanía.
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Vale la pena destacar que el alcalde Adams enfrenta la mayor crisis de migrantes indocumentados que la ciudad haya vivido en un siglo.
“Esta llegada de migrantes no la veíamos desde hace cien años”, comentó José Santiago, investigador social.
Economía y política
El mismo Adams reconoció que la ciudad está a punto de colapsar económicamente debido a la presión que ejercen los 13,600 migrantes enviados por Greg Abbott, gobernador de Texas.
De acuerdo con el representante demócrata Adriano Espaillat, del Alto Manhattan, quien es de origen dominicano, “nos están montando un show para ganar las elecciones”.
Es que el meollo del asunto siempre ha sido la política. Con Donald Trump dominando al partido republicano, quienes aspiran a competir con él por la nominación de esa agencia política, saben que tienen que explotar la migración ilegal y la invasión de indocumentados por la frontera sur, les cayó como anillo al dedo.
De hecho, sólo los obispos católicos defienden a los migrantes. Los mismos políticos demócratas ignoran la situación.
Por lo pronto, muchos migrantes se irán a vivir a las carpas y comenzarán el peregrinaje hacia el Sueño Americano. Por el momento, solo viven la Pesadilla Gringa.