El 19 de junio en Cancún (México), mientras se inauguraba un nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de esta organización, en Venezuela la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) nuevamente reprimió con fiereza a los ciudadanos que se volcaron a las calles a clamar por libertad y democracia, e incluso según el diario El Nacional[1] el ministro del Interior y Justicia Néstor Reverol, reconoció que la GNB hizo uso desproporcionado de la fuerza.
Mientras tanto en la OEA y como se esperaba la propuesta que contemplaba llamar a Nicolás Maduro para que reconsiderara su idea de convocar inconstitucionalmente una Asamblea Nacional Constituyente se hundió, pues, de nuevo los 23 votos necesarios no se alcanzaron ya que como en otras ocasiones solo 20 países dieron el visto bueno.
La OEA debería buscar otras herramientas mucho más efectivas que las simples propuestas de condena al régimen chavista que gobierna Venezuela, pues ya está más que visto que los países que se abstienen o votan en contra de estas resoluciones no darán su brazo a torcer mientras el musculo económico —bastante debilitado, pero aún con fuerza— que posee el gobierno venezolano los siga abasteciendo de dinero, ello mientras seguimos contando perplejos y por decenas a los mártires que día a día ofrecen sus vidas por un cambio que traiga buenas nuevas para todos los venezolanos y no solo para algunos como sucede en la actualidad.
Se podría considerar la idea de emitir resoluciones contra de estos países por servir de secuaces en el rompimiento del hilo constitucional y democrático en Venezuela, luego están violando la Carta de la OEA cuando esta dispone en el artículo 2 que:
“La Organización de los Estados Americanos, para realizar los principios en que se funda y cumplir sus obligaciones regionales de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, establece los siguientes propósitos esenciales:
- a) Afianzar la paz y la seguridad del Continente;
- b) Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención;
(…)”
Véase que no están cumpliendo como deberían hacerlo con ninguno de los dos literales, pues, entre otras cosas soterradamente consienten una Asamblea Nacional Constituyente que a todas luces es antidemocrática, ya que según declaraciones del dictador que gobierna en Venezuela, un tercio de los constituyentes será elegido por sectores populares en donde predominan las organizaciones de corte chavista; esto ni siquiera aparece en la Constitución venezolana de 1999 ideada por Chávez a la cual hoy Maduro le quiere propinar un golpe de gracia. Los otros dos tercios serán elegidos de manera amañada tal y como lo señalo el profesor Rodrigo Uprimny en su columna “Constituyente inmadura” publicada por El Espectador el pasado 4 de junio.
Si la OEA persiste en un diálogo que a hoy ha resultado ineficaz, quien sabe hasta dónde llegara la dictadura venezolana para conseguir perpetuarse en el poder. Ya es hora de considerar el aislamiento total de la dictadura y de sus secuaces, no es posible que un día la señora canciller diga que la OEA no sirve para nada y solicite la salida de Venezuela de la organización y luego sin más ni más legue, insulte, trate de imperialistas e intervencionistas a todos los países americanos y abandone groseramente la reunión.
No se trata de proponer intervenciones, por supuesto que no, se trata de preservar la idea de la libertad por la cual se ha derramado tantísima sangre sobre todo en esta parte del mundo. América debe ser libre y así debe permanecer por lo cual la causa venezolana ha dejado de ser enteramente venezolana, ha pasado a convertirse en una cruzada de la cual debemos participar todos los americanos, pues debemos dirigir nuestro continente hacia la preservación de todas las formas democráticas, sin imponer ninguna de ellas, pero tampoco aceptando dictaduras disfrazadas de lo que no son.
“Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos”. Simón Bolívar.
[1] http://www.el-nacional.com/noticias/gobierno/reverol-reconocio-que-gnb-hizo-uso-desproporcionado-fuerza_188560