No está dentro de mis propósitos, en el ejercicio de la actividad política y social que con toda responsabilidad vengo desempeñando, crear pánico en la ciudadanía con la denuncia que pongo en conocimiento a manera de alerta temprana, sino que estoy en la obligación moral de dar a conocer los hallazgos descubiertos en el ejercicio de la juiciosa auditoría que el Movimiento Cívico de Medellín y el Área Metropolitana, UNIGEEP y UNITRATEL, le viene haciendo a Empresas Públicas de Medellín, para llenar el vacío dejado por los organismos de control que se encuentran en plena connivencia con los corruptos, responsables de todas las calamidades que estamos viviendo.
El hallazgo encontrado en el cuidado y guardia de cerca de 50 tanques de almacenamiento de agua potable en la ciudad consiste en que tienen una vigilancia flotante, dividida en cuatro turnos responsables de hacerle custodia a cada uno de los depósitos del líquido preciado y dador de vida. Lo que se ha podido comprobar es que entre el recorrido de un tanque de almacenamiento a otro pueden pasar de 30 a 45 minutos,como mínimo, lapso en el cual una persona malintencionada puede atentar contra las instalaciones, dejando a toda una comunidad expuesta a sufrir riesgos en su salud, pues se han dado casos de envenenamiento de las aguas. En este delicado asunto cabe formularse la siguiente pregunta: si 50 tanques hoy en Medellín no tienen un cuidado estricto y responsable, ¿qué puede estar pasando con los más de 130 que existen en el área metropolitana?
Estos tanques fueron por mucho tiempo custodiados por los trabajadores de EPM, pero para entrar en la moda fueron reemplazados por la tecnología del control remoto, que es otra forma que se ha inventado EPM para dejar sin empleo a muchos trabajadores. Esto ha conducido a que cerca de 50 tanques de agua no tengan una vigilancia permanente y estricta, lo que nos pone en gravísimo peligro a todos los usuarios si tenemos en la cuenta los recientes acontecimientos de envenenamientos con cianuro, conocidos a nivel nacional. Adicionalmente, a cualquier animal muerto que pueda perjudicar la depuración y potabilización de líquidos en sus principales plantas de tratamiento.
No se piense que con la divulgación de esta noticia se busca alarmar a la ciudadanía, sino que con ocasión de la auditoría que se está adelantando a la administración central y a EPM en particular se ha llegado a la lamentable conclusión de que Medellín está siendo gobernada por unos irresponsables, que le han ocultado a los ciudadanos lo que ha pasado y puede pasar con las personas de la rivera del río Cauca y con las finanzas de Medellín si en la próxima temporada invernal se presentan lluvias por fuera de lo normal o un fuerte temblor de tierra en la represa Hidroituango, con las comprobadas fallas geológicas existentes producto de las improvisaciones en la ejecución de la obra, las consecuencias pueden ser desastrosas.
El gerente general de las Empresas Públicas de Medellín, Jorge Londoño de la Cuesta, buscando que los ciudadanos no pongamos los ojos en Hidroituango y nos olvidemos del cadáver de la Casa de Máquinas, nos está anunciando unas alianzas estratégicas con unos jugadores de talla mundial para el desarrollo de proyectos de energía renovable no convencional. Esto sonaría demasiado llamativo si todas las cosas en el interior de la empresa estuvieran bien, pero de todos es conocida la crisis por la que está pasando la entidad, en manos de quien sabe mucho de caballos, pero muy poco del funcionamiento de la administración pública.
Este funcionario público, en vez de estar pensando en proyectos internacionales, debería dedicarse, como es su obligación, a velar por la protección de las instalaciones de la empresa, pero ante todo por la seguridad de los usuarios que demandan los servicios de agua y energía.
“Un poder situado por encima de toda responsabilidad humana debe estar fuera del alcance de todo ser humano” Charles Caleb Colton.