En la Alcaldía de Kennedy se viene implementando un plan de aceleración contractual para aprovechar la vacancia del cargo en propiedad de alcalde local.
Esto implica que mientras el alcalde Galán priorizó la aprobación del Plan de Desarrollo Distrital y dejó en stand by los nombramientos de miembros de su gabinete y de los 20 alcaldes locales, el equipo de quien está encargado de la Alcaldía de Kennedy viene trabajando a toda marcha para dejar contratado todo lo que alcance antes de que llegue su reemplazo.
Resulta curioso que allí se avance como locomotora mientras que otras localidades han manifestado que ante la falta de alcaldes locales nombrados por esta administración, no están autorizados para contratar la mayoría de sus servicios, tales como malla vial o servicios sociales para personas mayores.
Primero hablemos de quién es el alcalde local encargado en la localidad de Kennedy, que valga decirlo, es una de las que más recursos recibe anualmente por la complejidad de sus necesidades básicas insatisfechas y su significativo número de habitantes. Solamente para 2024 su presupuesto fue de más de 180 mil millones de pesos.
Antonio López Buritica llegó a la Secretaría de Gobierno hace más de 20 años como auxiliar administrativo y fue escalando con el paso de tiempo: ha sido abogado de Fondo de Desarrollo Local, Coordinador Administrativo y Financiero, Inspector de Policía y coordinador de grupo jurídico y policivo, y a finales de 2019 nombrado alcalde local encargado de Usaquén, donde estuvo hasta el 29 de enero de 2020, pues presentó su renuncia como una aparente decisión personal.
Generó suspicacia, en todo caso, la fiesta del 19 de diciembre de ese 2019, supuestamente invitada directamente por el señor Antonio López a los aproximadamente 200 contratistas de la Alcaldía Local en un parque que era escenario de eventos en la localidad. El acto de generosidad, que incluía música en vivo, comidas y bebidas para funcionarios y contratistas, aparentemente le tendría que haber salido por más de 8 millones de pesos. Gran gesto del alcalde, que llevaba en el encargo un poco más de un mes y quien habría destinado casi un alto porcentaje de su salario a tal evento.
Después de su paso por Usaquén como alcalde encargado, Antonio no retornó a su cargo de base, pues por algunos cuestionamientos sobre su gestión y la imposibilidad política de volver a ser encargado como inspector, renunció a la Secretaria de Gobierno.
Posteriormente, vuelve a la Secretaría de Gobierno, esta vez como Inspector de Policía y en febrero de 2024 es nombrado alcalde local encargado de la localidad de Kennedy.
En los meses que lleva encargado ha realizado al menos dos procesos contractuales que resultan de especial interés para la ciudadanía y deberían serlo también para los entes de control.
El primero de ellos es la publicación de la Licitación 001 de 2024 –que tiene por objeto “Ejecutar las obras de construcción y/o conservación de la malla vial, cicloinfraestructura, espacio público, acciones de movilidad y atención de puntos críticos de movilidad por el sistema de precios unitarios a monto agotable de la localidad de Kennedy, Bogotá D.C, Grupos 1 y 2” por $41.417.570.727–.
Llama la atención que el contrato no va a tener 1 sino 2 contratistas distintos, pues la licitación propone dividir las obras en 2 grupos; cuando perfectamente podría ejecutarlo un único contratista, con capacidad financiera suficiente y minimizando los gastos administrativos que implica cada contrato. Dos interventorías, dos supervisores de esas interventorías en la entidad, etc.
Ante el eventual beneficio a dos contratistas a costa de los recursos públicos de la localidad de Kennedy, el alcalde encargado publicó una adenda al proceso en donde les da aún más regalos. En ella, anuncia que entregará el 30% del valor de cada contrato como anticipo, sin que hayan escrito ni un papel y mucho menos puesto un solo ladrillo, solo por hacerle el favor a la ciudad de tener la buena intención de arreglar (ojalá) las vías de la localidad de Kennedy.
Pero la generosidad de Antonio López Buritica como alcalde (e) de Kennedy no termina ahí. En mayo de este año dio orden de compra para cambiar el vehículo de la Alcaldía Local, adquisición que le costó a la localidad la módica suma de 314 millones de pesos, comprando una camioneta doble cabina con platón, obviamente pensando en el “bienestar de toda la ciudadanía”.
Definitivamente, mientras el alcalde estaba concertando su Plan de Desarrollo, los ratones hicieron fiesta. Sin embargo, aún están a tiempo desde la Administración de Galán para frenar esta licitación, corregir tan tenebroso anticipo y evitar que se incurra en fragmentación de contratos.
Con la camioneta ya habrá que quedarse, ojalá al menos sirva como alerta sobre la ambición monetaria con que ejercen algunos el servicio público.