En países como el nuestro la libertad de expresión a veces es un peligro, sobre todo cuando cualquier persona sin conocimiento profundo en algún área puede publicar y difundir su opinión y difundirla a la generación de la post-verdad y los "copitos de nieve". Es por eso que no debemos caer en falacias acuñadas para destruir la realidad como la que han llamado "titulitis” con la cual han tratado de desprestigiar el estudio académico para justificar la carencia del mismo en las personas.
Decir que el rock colombiano está a punto de morir o no existe es falso, ignorante e irresponsable, lo que sucede es que existe un aparato estatal y privado que está destruyendo algunos espacios y rebajando el discurso para hacer creer esto y lo más triste, para desfalcar a nombre de la música. La escena del rock colombiano está más viva que nunca, es vibrante, enriquecedora y magnifica, los que están muertos son los pseudo-periodistas, los pseudo-gestores culturales y los políticos de turno encargados del arte, que de manera irresponsable y atrevida han llevado a cabo una campaña para sublimar el folclor y el nuevo pop, para hacer parecer que no tenemos escena. ¡Que cosa más barbara!
Solamente en Bogotá existen más de tres mil bandas activas de Rock, Pop, Metal y todos los subgéneros, bandas que graban constantemente, que dan conciertos, que componen y se mueven. Solo para dar un ejemplo concreto, en las pre-nominaciones a los Premios Subterránica se recibieron más de 400 nombres para la categoría "Artista nuevo" y casi 100 discos de Rock y Metal grabados en 2018 en Colombia, ese número es una cosa absurda para cualquier género. Para el concurso El Monster del Rock 2018 se inscribieron más de 400 bandas y actuaron 80 en las finales, esa cifra es mayor a la de inscripciones a Rock al Parque.
Lo que sucede es que los que dicen ser agentes de la industria como las estaciones de radio, Sayco, Cámara y Comercio, Idartes con su errático festival llamado "Rock al Parque" en donde suena de todo menos rock y otros agentes que claman a gritos que apoyan la música nacional, se han dedicado a contratar personajes que odian el rock y lo desconocen por completo creyendo que Carlos Vives y Los Rolling Ruanas son nuestros exponentes. Esto ha destruido esos espacios, pero solo esos, hay cientos más a los que no se les da la publicidad y la exposición adecuada.
Son muy pocas personas las que aun creen en Idartes y en Rock al Parque, de hecho la contraloría comprobó las denuncias de deshonestidad en una visita fiscal a la que nadie le ha hecho caso, son pocos los que creen en ruedas como el Bomm porque siempre están los mismos, pocos los que creen en El Ministerio de Cultura porque una abogada lo dirige solamente por ser afro y según nuestro presidente "porque le gusta el folclor" y nadie cree en las radios por obvias razones.
Pero cada mes hay cientos de conciertos en los nuevos y viejos bares de rock, nuevos lanzamientos de canciones, de videos, festivales y todo se está gestando de manera independiente, hoy una banda de rock no necesita de Radioactiva o MTV para circular porque tenemos cientos de plataformas en Internet y cientos de emprendimientos independientes que son los que mantienen viva la escena.
Ahora, el rock es de nicho, el rock no es pop y al ser el reguetón y el hip hop el nuevo pop en la industria mundial, obviamente, motivados por las ventas, las pocas y agonizantes disqueras que quedan se vuelcan en la búsqueda de su nueva gallina de los huevos de oro, pero es que ese es el problema de Colombia, que confunden el éxito con ganar dinero y que nunca han entendido la diferencia entre arte y farándula.
Somos una sociedad bastante desagradecida e hipócrita y solo tomamos las banderas cuando triunfamos, así como lo hicimos con Gabo, con Urrutia, con Montoya, con la selección, igual le sucede al rock, lo sienten colombiano cuando triunfa en el exterior, pero eso no es un problema del rock, es problema de ser colombiano, no solo pasa en la música, pasa en todos los ámbitos.
La escena de rock colombiana es actualmente la referencia mundial para nuevos sonidos y es falso que únicamente a los mayores de 30 años les guste, millones de chicos en el mundo siguen el rock fielmente y de manera pasional.
Artículos como el publicado con el título "se acerca la muerte del rock colombiano" hacen el mismo daño que otros publicados por la otros medios como "Iron Maiden lleva haciendo el mismo disco durante 20 años" o "Diomedes Diaz el Rockstar del vallenato", hacen el mismo daño que Carlos vives le coloque a un disco de Vallenato "El Rock de mi pueblo" o que presenten a Los Gaiteros de San Jacinto en Rock al Parque, lo único que denota es el desconocimiento profundo de la música, sus géneros, sus categorías y su industria por parte de quienes los escriben y opinan.
Al colombiano le falta mucho, pero no en la construcción de una maravillosa escena del rock que ya está hecha y está más viva que cualquiera en el planeta, sino en la construcción de los profesionales a su alrededor porque lamentablemente los periodistas, escritores, críticos, managers, sellos, radios y demás agentes que juegan el juego de la industria, son muy mediocres, sin conocimiento del tema y sin educación.
Los invito a descubrir los cientos de bandas de Rock maravillosas del país, de Metal, de Punk, de Ska, de Fusión, de Pop y la lista interminable de temas que tal vez nunca escuchen en Radioactiva o Radiónica, nunca vean en las páginas de Shock o en el showcase de Bomm o Circulart, jamás las nombrarán en RCN o Caracol, pero si esos son sus medios de referencia, entonces no pierda el tempo leyendo estos artículos, mejor siga pensando que el rock está muerto, que nuestro mayor tesoro en el género es Vives y póngase a perrear con la programación del mainstream nacional como lo demanda la actual cultura local.