El 30 de marzo, realicé un acompañamiento a una persona cercana a realizar un denuncio a la policía en la ciudad de Bogotá. Hace más de un año, un personaje que se decía reparar impresoras, no las había reparado y aún menos entregado, llegado al punto en que tenía la osadía de burlarse y decirle abiertamente que no lo iba a hacer.
Debido a esto, mi amigo decidió dirigirse a una estación de policía, pero todo resultó en vano. Pasamos de la unidad de la Unidad de Reacción Inmediata de Paloquemao, que de inmediata tiene poco, pues sólo hay un funcionario trabajando allí. O al menos eso fue lo comunicado por el policía que nos atendió en la entrada, quien nos advirtió que debíamos esperar tres horas aproximadamente para que nos atendieran. Debido a esto decidimos desplazarnos a la sede que queda muy cerca de la antigua calle del cartucho. Un oficial nos dijo que allí se recibían denuncias, pero estaba o mal informado o simplemente no le dio mucha importancia al caso, pues allí no nos atendieron.
Un policía muy amable nos explicó que el caso de mi amigo se refería a Abuso de Confianza y no hurto, como creíamos en un inicio, y que debíamos dirigirnos a la estación los Martires. Allí un miembro de la Sijín recibiría la denuncia. Eventualmente, y ya pasadas las 3 de la tarde nos apersonamos en el sitio indicado. Tras una espera aproximada de una hora mi amigo expuso su caso y el miembro de la Sijín expresó su parecer.
Expuso que el caso no era grave, pues a pesar de que las impresoras estuviesen avaluadas en un precio mayor a los dos millones de pesos, no era carcelable. Que no le podían ingresar un denuncio, pues sólo se podía proceder a una conciliación y si el denunciado no quería pagar o entregar los elementos, no había nada que hacer.
Más de 5 horas tardamos en lograr hablar con el miembro de la policía indicado para tal resolución, y esa fue su respuesta. Incluso la situación fue a peor cuando el miembro de la Sijín expresó, "eso fue su culpa por entregarle las impresoras."
¿Acaso eso es una respuesta válida de un miembro de una institución nacional, la cual se supone debe proteger los bienes y derechos de los ciudadanos? Quizás nuestro desconocimiento de la legislación colombiana esté en contra, pero el sentido de justicia que parte de lo que es justo e injusto va más allá de eso. ¿Acaso es justo lo que sucedió? NO. ¿Acaso es obligación de la autoridad velar por casos así? Nosotros suponemos que sí. Pero lo dejamos en eso, en suposición, pues la autoridad nos hizo comprender que el problema es todo nuestro y que ellos no tienen la fuerza o forma de solucionar un caso así. Si esto ocurre en un caso así, tan relativamente simple, podemos tener una idea de lo que ocurre a niveles superiores y con casos más complejos. Por eso sentimos que la ley no sirve, es para los de ruana y los ciudadanos de a pie terminamos menospreciamos la autoridad. Porque cuando la necesitamos nos falla.
La solución según el miembro de la Sijín que nos atendió, era contratar un abogado, el cual podría cobrar más de lo que valen los elementos, enviar una carta a la fiscalía y mediante algún milagro obtener respuesta, o finalmente dejar así, que la culpa resultó ser de mi amigo por querer mandar a reparar unas impresoras averiadas a la persona equivocada.
Así que la próxima vez que escuches a alguien decir que el gobierno no funciona o que la policía es corrupta e inservible, es por casos como estos, casos simples de la cotidianidad, donde se muestran las falencias institucionales y donde nacen las ideas de que es mejor arreglar las cosas por otros medios, que recurrir a las vías legales.
