La mamertada permanentemente divulga que sus enemigos políticos utilizan el miedo como una arma de control social; pero por simple lógica, al ser la secta del marxismo-leninismo una organización que con sus diferentes pelambres ha cometido los mayores genocidios en la historia de la humanidad, la instauración de un régimen comunista en Colombia aterroriza. Así pues, ¡por encima del miedo debe estar la precaución que deben tener los colombianos ante la amenaza que se cierne!
Ahora bien, en el Manifiesto Comunista de 1848 se sublima a la violencia, llamándola la partera de la historia; en eso no se equivocó Karl Marx, debido a que las dictaduras comunistas junto a las bandas armadas que siguen esa doctrina han asesinado en el último siglo a 140 millones de personas en el planeta, de modo que frente al comunismo que usa diferentes disfraces para timar lo primero que debe hacer el pueblo colombiano es tomar las prevenciones del caso.
Por más de 56 años el país ha sido víctima de la guerrilla narcomarxista, que ha causado millones de víctimas y pérdidas que podrían estar cercanas a los 400.000 millones dólares, todo ello como consecuencia de un conflicto político-militar propiciado por el mefistofélico comunismo para la toma del poder; de tal manera que la mayor mafia política que ha existido en la historia de la humanidad es el marxismo, más en vista de que para lograr sus objetivos utiliza la irracionalidad, de donde subsumen la violencia y la mentira.
Por su condición genocida, el marxismo no se puede considerar jamás como organización democrática, así se mimetice dentro de lo que llaman la “democracia burguesa”, utilizando diferentes motes para tramar a ciudadanos cándidos, a causa de que sin lugar a dudas el comunismo es enemigo de la humanidad. No hay que hacer mucho esfuerzo mental para comprobarlo en la actualidad, pues lo estamos observando con el COVID-19, pandemia que le ha causado enormes sufrimientos a la especie humana, cuya responsabilidad la tiene el partido comunista chino.
De verdad, no se sabe si reír o llorar cuando los comunistas de diferentes máscaras, especialmente en Colombia, tratan a quienes los confrontan ideológicamente de fascistas; sabiendo que el padre del fascismo es el marxismo, pues solo con leer la historia de Benito Mussolini y Nicola Bombacci se puede sacar esa conclusión. Entonces el comunismo mírese por donde sea es una maldición para el planeta. Así que ante la ofensiva comunista el pueblo colombiano tiene que tomar las precauciones necesarias para no caer en las garras del totalitarismo en las futuras elecciones.
Los comunistas siempre traen a colación la frase del ministro de publicidad del Tercer Reich, Joseph Goebbels, quien decía “una mentira repetida mil veces se vuelve verdad”, pero se olvidan que antes que el personaje de marras, el maestro de los mamertos, nada menos que el sátrapa ruso de Vladimir Ilyich Lenin, proclamó: “la verdad es un prejuicio burguesa y a base de mentiras se construyen verdades”. O sea, ¿cuál es la verdad del comunismo? No la hay, por eso usan su propia semántica que la acomodan a su estrategia, cambiando el significado de las palabras.
Dentro del relativismo moral se afirma que cada grupo o persona tiene su propia verdad, siendo eso falso, porque la verdad es única. Sin embargo, el comunismo, que es el padre de la mentira, manipula, acomoda a sus intereses los hechos y fabrica falacias para poder desarrollar su proyecto político de hambre y muerte.
Y al igual que Hitler en Alemania, antes de tomarse el gobierno a principios de la década de los treinta del siglo pasado, proclamando la emancipación de los pobres y la defensa del pueblo frente a los capitalistas, pero como una simple estratagema para llegar al poder, la élite comunista en Colombia imita al führer en su monserga, a causa de que lo único que le interesa es conquistar el poder, sin importar las mentiras que tengan que utilizar, siendo los resultados la represión y la degradación total de las masas.
Por lo tanto frente a un peligro antes que el miedo debe existir la precaución, debido a que el miedo muchas veces no permite enfrentar la amenaza que para Colombia sería la instauración de una tiranía comunista o castrochavista, que es otro remoquete con el que se identifica a ese esperpento en nuestros países. La instauración de la tiranía sucedería a partir de agosto de 2022 si se monta en el gobierno una camarilla marxista, lo que indiscutiblemente sería una calamidad en donde la miseria de la población sería el primer mandamiento para someterla absolutamente a la férula de la logia comunista.
Es cuestión de humanidad invitar a la ciudadanía a que se prevenga ante el mal que la acecha, que en este caso es el de una dictadura comunista; ya que eso es similar a cuando en la vida diaria se sabe que hay un peligro en la calle que puede poner en riesgo a un amigo. Así como a este se le advierte para que no sea víctima de los delincuentes, hay que hacerlo con el pueblo colombiano, al cual hay que prevenirlo sobre las desgracias y sufrimientos que acarrearía elegir un gobierno comunista en el 2022, teniendo un espejo como el de Venezuela (en donde el socialismo del siglo XXI convirtió prácticamente a toda la población de esa nación en pordiosera).