Aunque la dinámica de las corrientes y la cercanía a la costa es diferente entre los ecosistemas coralinos y los de manglar, aún no se había realizado estudios comparativos sobre la acumulación de plásticos en estos ecosistemas.
Un estudio realizado por Valeria Jiménez Cárdenas, egresada de Departamento de Ecología y Territorio, de la Universidad Javeriana, determinó que sí existen diferencias entre la presencia de microplásticos y mesoplásticos en los peces de ecosistemas de arrecife de coral y los de manglar, en Isla Grande, Caribe colombiano.
Para ello, se realizó la colecta, de especies de cada ecosistema; en arrecife de coral: róbalo común, jurel común y pargo chino y en manglar: mojarra rayada, róbalo común y sargo amarillo, con una abundancia de 10 individuos por cada especie.
Se encontró que todas las especies ingirieron microplásticos y mesoplásticos, con un promedio de abundancia significativamente mayor en las especies de manglar que en las de arrecife de coral; los ecosistemas de manglar presentan corrientes bajas lo que puede provocar un almacenamiento de plásticos, y por ende mayor potencial de ingesta por parte de la fauna.
Adicionalmente, el promedio de abundancia y de peso de los microplásticos y mesoplásticos fue significativamente mayor en hembras que en machos, una mayor abundancia por parte de las hembras se podría explicar por el costo energético que representa producir óvulos saludables, que significan el éxito reproductivo y esto se asocia con la alimentación.
La abundancia de microplásticos y mesoplásticos en los intestinos fue significativamente mayor al estómago; esto puede suceder porque, aunque la trituración de los alimentos se da principalmente en el estómago, las enzimas digestivas de los peces no degradan los plásticos, por lo que llegan al intestino donde se completa el ciclo de absorción de nutrientes.
Aunque, evidentemente la acumulación de los plásticos representa una amenaza para el ecosistema y su configuración, los resultados de este estudio sugieren priorizar el manejo de los residuos plásticos, principalmente a ecosistemas de manglar, además de realizar monitoreos rigurosos de la presencia de plásticos en organismos y ecosistemas del Caribe colombiano. Sin embargo, para conservar todos los ecosistemas marinos, los seres humanos deben desarrollar una capacidad de transformación asertiva, para tomar decisiones que mantengan las identidades de los ecosistemas.