Sin el ánimo de entrar en un debate conceptual y especializado en términos económicos es importante plantear, ante el escenario de un nuevo año –y de semana de inicio laboral-, una alternativa de empleo con el apoyo de créditos y capacitación a microemprendedores que buscan consolidar sus ideas de negocio.
Los microempresarios (pequeños comerciantes, artesanos, productores, entre otros) no representan una amenaza ni pretenden socavar al comercio formal; por el contrario, son una herramienta para ayudar a la gente a mejorar su calidad de vida y resolver los problemas de empleo.
La mayoría de personas que se dedican al microemprendimiento buscan la forma de salir de su condición de pobreza, como una forma de auto emplearse o de trabajo por su propia cuenta. Son personas a quienes simplemente no se les ha dado la oportunidad de desatar su potencial, su talento y su energía; de ahí la necesidad de abrir mayores oportunidades para acceder al crédito, estímulos para su formalización y capacitación.
Si de alguna forma se pueden crear las condiciones idóneas para su desarrollo, no hay razón para que sigan siendo pobres o estén desempleados.
Los negocios pequeños están contribuyendo con un enfoque creativo y diferente para resolver problemas sociales, ya que ellos ven fortalezas y oportunidades donde otros sólo ven problemas.
Estos negocios desempeñan un papel clave para revelar el potencial de un gran grupo de emprendedores dispuestos, cuyos talentos no han sido descubiertos.
El creciente movimiento de la llamada economía popular y la experiencia desde el Instituto de la Economía Social, IPES; reflejan que se puede crear un mundo nuevo donde los sueños, emprendimientos y esfuerzos se enfoquen no sólo en nosotros mismos, sino en ayudar a otros de manera sustentable; un mundo que saque lo mejor de nosotros en términos de energía y creatividad.
Personas con discapacidad, afrodescendientes, indígenas, comunidades LGBTI, ROM (Gitanos), adultos mayores, madres y padres cabeza de familia, reinsertados, desplazados, lustradores de calzado y población en ejercicio de trabajo sexual, entre otros; son algunos de los grupos poblacionales que requieren una mayor participación e inclusión a la vida laboral por lo cual se deben canalizar esfuerzos en incrementar las oportunidades de emprendimiento, formación y crédito.
Camilo Gómez Castro
Director del IPES
Bogotá
