Hoy se subió Juanes, llevaba una guitarra con solo tres cuerdas y según me dijo después, había empeñado el talento para pagarse una pieza en el centro. Cantó la mitad de dos canciones y se bajó en el siguiente paradero justo cuando por encima de la registradora se estaba subiendo Coelho que nos repartió fotocopias con un poema de Borges al que le había tachado el Borges al final. Le pregunté porque era tan güevón y antes de bajarse del bus me dijo que la respuesta estaba en mi corazón. Me reí mucho de él y una señora me regañó por insensible con el viejo. En la siguiente parada se subió Uribe vendiendo ungüentos que quitaban los callos de los pies con una sola untada; le compraron siete. Mi conclusión fue que la gente de este pueblo no tiene ni memoria, ni acceso a educación, ni a salud pero siempre va a tener callos. Me dijo Uribe que yo le recordaba a un hijito de él. Le pregunté que si por la cara de maricón y también se fue.
El pibe se subió por la puerta de atrás, venía con James de la mano, primero nos repartieron unos papelitos que tenían el alfabeto representado en dibujos que mostraban distintas posturas que se hacían con la mano y cuando los dos acabaron de hablar entendimos lo de los papelitos; a ellos no les entendimos nada. Ordoñez se subió al bus en un semáforo a vender cristos bendecidos por el papa Francisco; como notó que ni bolas le paré me destituyó del puesto y me tocó irme a la parte de atrás, a la silla de los cantantes. Por esos lados me encontré a Petro quien con megáfono en mano armó bonche en el bus para que me devolvieran la silla; se había subido en un descuido a repartir volantes de un tragadero ejecutivo en el centro pero la camorra fue tan grande que al chofer le toco bajarlos a la brava a los dos. Y la procesión de personajes continuó, pasó Pirry vendiendo vive 100 y detrás Juan Valdez vendiendo té con gas, que es más saludable que la gaseosa y el tinto, y al parecer es lo último en Europa. Pasó Shakira con dos muchachitos en brazos pidiendo monedas porque el marido la había dejado cuando la escuchó cantar en la ducha. Pasó Jota Mario y de tanta carreta que hecho nunca se supo lo que vendía. Pachito pasó por debajo de la registradora contándonos que nunca había sido tenido en cuenta pero a la mitad del chisme se subieron Santos y Timochenko que lo bajaron a piedra; estos vendían humo o sahumerios, no me acuerdo bien.
Se subió Jorge Barón y grito “eeeentusiiiiassmooooo”, se bajó sin decir más. Ingrid estuvo vendiendo una edición pirata de “la culpa es de la vaca”, María del Pilar vendía tarjetas sim de cualquier operador, Samuel manillas que hacen los reos de la picota, Miss Universo nos cantó una canción de su autoría que tituló “ej una pregunta muy difícil”. Unos empresarios de CDO nos querían vender un juego de lego que en vez de lego era un jenga, Marbelle un collar de perlas de imitación, Garavito un manual de aleccionar niños y entre tanto me di cuenta que varias agremiaciones pedían en nombre de la institución que representaban. Los jugadores del América pasaron recogiendo firmas para que los dejaran jugar la pony futbol, los periodistas subieron a buscar los cojones que se les perdieron desde hace tiempo ya. Unos profesionales de la Universidad de la Sabana nos repartieron tapabocas porque un reciente estudio con tres simios arrojó como resultado que la gente que viaja en bus estaba enferma y había que compadecerla. Subió un niño gay pidiendo aprobación para adoptar padres heterosexuales. Se le vio a Maduro canjeando mochilas tejidas con pelos de su propio bozo por papel higiénico y a Esperanza Gómez pidiendo plata para comprar ropita. El ELN, nos pidió que enviáramos mensajes de texto para que los aprobaran en el nuevo reality de la farándula nacional: “Yo también existo”. Los representantes de la televisión nacional ofrecieron remedios para los hongos de los pies, para los hongos de las uñas, para los hongos vaginales, para los hongos de la piel; les pregunté si tenían un remedio para los hongos en las ideas y me respondieron que el centro democrático los había comprado y quemado todos.
La policía nacional subió pidiendo vacuna para no requisarnos ni a nosotros ni al bus y hasta los inmigrantes chinos que venían debajo de los puestos les dieron plata. Subieron los directivos de la Universidad de San Martin ofreciéndonos un diplomado virtual de administración de empresas. Los organizadores de reinados nos invitaron a los caballeros a inscribirnos en Míster tanguita narizona. Pachito que se había vuelto a subir se inscribió, yo le firmé como adulto responsable. A la Gurisatti la robaron en la puerta del bus y nos pidió monedas para pagar el pasaje; mientras pasaba por los puestos nos contó que el ladrón tenía que ser venezolano porque los colombianos no hacen eso. Los congresistas subieron y nos repartieron tejas, luego nos dijeron que necesitaban más plata para seguir haciendo nada porque ya estaban muy cansados y querían vacaciones. Un señor que se me sentó al lado me contó que vendiendo su voto desde 1990 a cambio de materiales de construcción ya había reunido seis tejas y medio bulto de cemento; le pareció que terminaría de reunir más fácil por este camino los implementos para hacerse él mismo una casa que esperando a que los políticos cumplieran sus promesas.
El desfile de personalidades y grupos siguió a lo largo de mi viaje en el bus. Vi a Amparo Grisales erizarse cuando escuchó cantar a Carlos Vives que se acompañó de un parlante en su presentación; luego la vi mudar de piel. Julito se subió a darnos calvazos por pobres e incultos. Antanas nos abrazó y el popular de turno, que venía dentro de un vestido blanco y dorado, cuando se dio cuenta que realmente nadie sabía quién era él, nos amenazó a todos con enviarnos al Chocó. Yo le dije que quería ir y él dijo que también quería ir y nos bajamos en la terminal y nos fuimos para el Chocó. Cuando me desperté estaba llegando a la Universidad, mi parada.Me pareció que el sueño había sido muy raro, pero no tuve tiempo de reflexionarlo mucho porque debía bajarme. Me tocó pasarme por encima de la justicia colombiana que estaba roncando en el puesto del pasillo, aproveche para manosearla un poco pero ni se inmuto. Esa pobre capaz que primero se le acaba la gasolina al bus que ella abrir los ojos.