Hace diez años la vida le cambió a este publicista de 33 años cuando por cuenta de un accidente en la columna vertebral quedó paralítico del pecho hacia abajo. Desde entonces lucha, como un discapacitado más por los derechos de la gente con limitaciones físicas a través de la Fundación Arcángeles, la cual preside. Salazar fue quien trajo el rugby en silla de ruedas al país, un deporte que aprendió durante su recuperación en Detroit en Estados Unidos y ha impulsado el deporte paraolímpico, como Presidente del Comité. Lideró también la campaña remángate contra las minas antipersonal.
El presidente del partido de la U, Sergio Díaz-Granados lo invitó a intentar llegar al Senado y Salazar sacó a relucir sus dotes de publicista con una campaña creativa que tomó forma en una web serie U 10 La Campaña, los oscuros secretos de la política la cual ya ha tenido más de 80.000 visitas en youtube.
Juan Pablo decidió iniciar su carrera en política pero bajo la condición de no perder su estilo y su manera de hacer las cosas “primero hicimos unos ejercicios en los que cuando me veía en las vallas tradicionales, en los comerciales no me reconocía: mire ese no soy yo, no me siento en mi ropa, y si voy a hacer esto pues yo creo que tengo que hacerlo a mi manera, así pierda”.
María Alejandra Mosquera: ¿Por qué alguien tan crítico e irreverente como usted aceptó presentarse al Senado por el partido de la U?
Juan Pablo Salazar: He notado que la gente me dice mucho, muy bacano usted, muy chévere su propuesta pero su partido es lo “peor”. Primero, ese fue el partido que me invitó, al que le pareció pertinente, relevante e importante mis diez años de trabajo social. Segundo, le creo al proceso de Paz en La Habana, creo que ya llevamos demasiado tiempo en guerra y ya toca cambiar esto. Tercero, desde la salida del Presidente Uribe del partido, éste partido migró de la derecha al centro, hay desde personas muy a favor del matrimonio gay como personas completamente en contra, y eso lo obliga a ser un partido pluralista, donde caben causas como la mía en defensa de la inclusión.
M.A.M: En este continente el único país más atrasado que Colombia en kilómetros de carreteras por cantidad de habitantes es Haití, ¿qué medidas impulsará para romper este rezago en infraestructura?
J.P.S: El problema de infraestructura en Colombia se debe a una mezcla de corrupción, ineficiencia y políticas públicas equivocadas. Desde el Congreso impulsaría las alianzas público-privadas y los mecanismos para resolver controversias entre el Estado y los particulares, que actualmente están paralizando muchas obras.
M.A.M: El DANE informó que el empleo informal en las 13 principales ciudades llegó en diciembre al 49%, ¿cuáles son sus propuestas para revertir esta cifra?
J.P.S: Para combatir la informalidad necesitamos de una estrategia agresiva de generación de empleo, y la introducción de incentivos a los empleadores que no impliquen la degradación de las condiciones del trabajador.
M.A.M:¿Usted cree que la reforma constitucional a la justicia solo podría realizarse a través de una Constituyente? ¿Qué cambios propondría? ¿Fusionaría las altas cortes? ¿Qué cambios le haría a la tutela?
J.P.S: No creo que necesitemos de otra Asamblea Constituyente para hacer una reforma a la justicia. Aunque no soy experto en el tema, siento que la tutela debe fortalecerse como mecanismo de defensa de los derechos fundamentales. En ese sentido, la reforma debe ocuparse más de los temas de la justicia del día a día –la lentitud en los procesos, la congestión– y menos de las altas cortes.
M.A.M: ¿Usted despenalizaría completamente el aborto?
J.P.S: La interrupción voluntaria del embarazo es un derecho fundamental de las mujeres. Es el derecho a decidir. No solo debemos trabajar por la despenalización total, sino que debemos ofrecer información completa y oportuna sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
M.A.M: La red pública de hospitales está al borde del colapso, ¿cómo propone solucionar esta situación?
J.P.S: Además de los problemas del sistema, la red pública hospitalaria está azotada por la corrupción y el desgreño administrativo local. Es muy grave que los hospitales municipales sean la caja menor de los políticos. Por ahí debe empezar la solución. Entre otros, los órganos de control deben tener los recursos y el apoyo político para investigar esto.
M.A.M:¿Cómo solucionaría el tema de la ilegalidad en la minería vs. la informalidad que se presenta en ciertas zonas?
J.P.S: La minería informal no puede asemejares de buenas a primeras a la minería ilegal. Durante años, muchos campesinos han vivido de esto, y no puede pedírseles de buenas a primeras que vivan de otra cosa. La minería a gran escala debe convivir pacíficamente con la informal.
M.A.M:¿Está de acuerdo con la consulta previa a las comunidades antes de otorgar el título minero para la fase de exploración?
J.P.S: Estoy de acuerdo con una consulta previa que no se convierta en una instancia de chantaje y negociación de un puñado de personas. Mejor dicho, estoy de acuerdo con la consulta previa que consagra la constitución, pero no con la que se ve en la práctica en la mayoría de los casos.
M.A.M:¿Esta de acuerdo con una reforma pensional que aumente las edades requeridas para obtener la pensión, teniendo en cuenta las esperanzas de vida actuales de los colombianos?
J.P.S: Me parece lógico que a medida que aumenta la esperanza de vida aumente la edad para pensionarse. Si voy a vivir 90 o 100 años, ¿qué sentido tiene pensionarme a los 55 ó 60?
M.A.M:¿Cree que debería establecerse un subsidio pensional para personas de escasos recursos que no alcanzaron a cotizar?
J.P.S: Sí, pero no solo para ellos, sino también para las personas con discapacidad, que aunque tiene legislación favorable, resulta insuficiente.
M.A.M:¿Cree que se debería ampliar la jornada escolar?
J.P.S: Más que hablar de ampliarla o reducirla, necesitamos hablar de la calidad de esa jornada. Eso, acompañado con una red de soporte en la comunidad –deporte, recreación, cultura– para formar verdaderos ciudadanos.
M.A.M:¿Cómo podría mejorarse la calidad de la educación?
J.P.S: La educación de calidad cuesta, así que necesitamos invertir más en educación. Pero no de cualquier manera: hay que hacerlo con visión de largo plazo. No podemos formar gente únicamente para ingresar a un mercado coyuntural. Tenemos que pensar también en las necesidades del país.
M.A.M: Si se firma un acuerdo de paz, se debe dar amnistía a los guerrilleros? Si no es así, en que casos se podría dar y en cuáles no?
J.P.S: Los acuerdos con la guerrilla tendrán que pasar por la prueba ácida de los instrumentos internacionales. Por ejemplo, no podemos ofrecer perdón y olvido a quienes cometieron delitos de lesa humanidad. Sin embargo, creo que la aplicación de esos estándares internacionales no puede convertirse en una camisa de fuerza No hay proceso de paz perfecto, y espero que la comunidad internacional entienda que habrá que hacer concesiones para acabar con el conflicto.
M.A.M:¿Qué hacer para lograr la reconciliación de la sociedad con los guerrilleros? Como podría ser conducido el proceso de postconflicto?
J.P.S: Durante ocho años nos hablaron de la guerrilla como un monstruo. El guerrillero era un terrorista, un violador, un psicópata. Y ahora que el presidente Santos intenta, con toda razón, negociar con ellos, nos damos cuenta –como si no supiéramos– que la guerrilla son también niños y niñas, desempleados y personas con ideas políticas que perdieron la proporción de los medios. La reconciliación implica entonces empezar por re humanizar a la guerrilla. Eso es fundamental para que el proceso de posconflicto funcione.
