Los reclamos no se hicieron esperar. Llovieron truenos y centellas de todas partes, más cuando se apreció el contenido del vídeo difundido en redes sociales donde aparece increpando a un agente de la Policía.
Ahora está más tranquilo. Concluyeron las movilizaciones en Cali, pero prosiguen los bloqueos.
“La responsabilidad es enorme. Hay unos compromisos grandes, entre ellos, el que las movilizaciones transcurran en paz. Y hemos honrado la palabra”. Wilson Sáenz está sobre un costado de la plazoleta del Cam. Es el presidente de la CUT Valle y sabe, pasadas algunas horas, que el incidente produjo incontables reacciones. Pero se queja de que incendiarios hayan contribuido al asunto.
En su criterio, hay que ver las dos caras de la moneda. “Hacer bullying mediático es fácil, pero ojalá quienes hoy cuestionan, hubiesen estado allí”, asegura mientras se limpia el sudor. Lo acompañan dos sentimientos: el de entusiasmo porque las cosas han ido bien y el sinsabor de que el cruce de palabras con el agente haya sido aprovechado por unos pocos para acusarlo de xenófobo.
“Estábamos en la glorieta de Sameco y uno de los policiales, en contravía de la jornada, abrió paso. Le hicimos el reclamo, le dijimos que era una provocación y le recordamos que había un compromiso de brindar garantías. Ese fue el punto que desencadenó todo”, señala y muestra el video completo. El uniformado grita y una agente manda callar a todos, lo que, en su criterio, no genera un ambiente de diálogo, sino que levanta barreras.
En momentos de tensión, cualquier cosa por mínima que sea, exacerba los ánimos.
“No me estoy justificando, por el contrario, pedí disculpas. Lo he hecho incluso públicamente. De hecho, la actitud con la que marchamos todos en Cali ha sido propositiva. Protestamos, es cierto, pero en paz, sin generar violencia”.
Wilson Sáenz es desprevenido cuando habla. De hecho, rompe muchos de los esquemas por su desparpajo. Quizá esa condición y decir lo que piensa llevó a que fuera elegido por segunda ocasión como presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Se queja del bullying mediático. De hecho, yo mismo como columnista lo viví ayer tras escribir un artículo en Las2orillas sobre el estudiante Julián Andrés Orrego Álvarez cuando manipulaba artefactos explosivos caseros. Basta leer el fanpage del portal para comprobarlo. Me tildaron hasta de terrorista, con lo que reafirmé lo que digo en todos los escenarios: pensar en Colombia es peligroso, no solo por los enemigos del criterio ajeno, sino por los intolerantes.
“Pienso que la fuerza pública la integran gente de nuestro pueblo y lo más absurdo es que el pueblo se mate entre sí. Nuestra pelea no es con ellos sino contra el paquetazo de Duque y todo lo que quiere imponernos”, advierte al tiempo que, para concluir la nota, se quejó por las agresiones de que fueron víctimas manifestantes en el puente de Juanchito.
Al coordinador del movimiento estudiantil lo estropearon. Incluso lo arrojaron al suelo.
"Lamentable, porque lo que se ha reafirmado es la importancia de respetar la protesta social, brindarle garantías a quienes asumen ese derecho y promover armonía", señala Wilson Sáenz, presidente de la CUT Valle.
