Tener un vehículo para uso familiar puede traer muchísimas felicidades y comodidades. No obstante, puede convertirse en una pesadilla si no se cuenta con una aseguradora de calidad, célere en sus trámites y sobre todo (por no decir lo más importante) humana.
Hace cerca de un mes mis padres se movilizaban en un vehículo de mi propiedad, sin embargo, al transitar por un paraje no muy concurrido del norte del Tolima sufrieron un accidente de considerables consecuencias. Mis padres salieron con vida del infortunado hecho, pero el vehículo sufrió considerables averías, hecho que resulta intrascendente cuando está de por medio la vida de los seres amados.
El día del siniestro mi madre me llamó en horas de la madrugada a pedirme ayuda. Me informó que la llevaban rumbo a un hospital cercano porque sufrió heridas de consideración. Ante eso llamé a la aseguradora Axa Colpatria, con quien tengo una póliza todo riesgo desde junio del año en curso. Pese a las malas maneras de las personas que atendieron mi llamada, la grúa llegó relativamente pronto al lugar de los hechos, se llevó el vehículo y mi padre pudo irse en búsqueda de ayuda médica. Él llevó la mejor parte y me aseguró que el trato del personal de la grúa fue amable y respetuoso.
Desde las 7:30 a.m. del día del accidente procedí a reportar el siniestro, tal como lo sugirió la persona de la operadora al momento del hecho. Pese a que procedí como lo sugiere la aseguradora, se presentaron varios hechos confusos: el personal de la grúa me llamó y me dijo que la orden era llevar el carro a la ciudad de Bogotá, a una “custodia”, sin embargo, en la línea de Axa Colpatria me manifestaron que el carro sería llevado a un taller de la marca para evaluar los daños sufridos. Llegó casi medio día y ni la grúa ni el asegurador estaban de acuerdo. El atropello de uno de los asesores de la línea de atención al cliente me hizo perder la paciencia y en consecuencia preferí viajar a atender la situación familiar y después averiguar dónde estaba el vehículo.
Pasaron casi tres días y no supe dónde estaba el automotor, la aseguradora nunca tuvo el decoro de llamarme a aclarar el tema. El vehículo fue dejado en un taller de la marca y hasta hoy no aparece la tarjeta de propiedad de este. Días después los peritos de la compañía determinaron que las pérdidas ameritaban que se declarara la pérdida total del carro y la compañía me ofreció dos opciones de indemnización. Escogí la compensación en dinero.
Para poder tramitar la indemnización me sugirieron llevar un sinfín de documentos. Frente a esto procedí a la consecución de estos. La aseguradora asignó a otra empresa para que realizara los trámites de traspaso de mi vehículo, sin embargo, dos funcionarios dieron versiones distintas sobre algunos documentos. Finalmente, llevé los documentos y hasta la fecha no han radicado el traspaso de dominio del carro, por lo cual la aseguradora tampoco procede al pago de la indemnización.
Los trámites han sido lentos y tortuosos. Los asesores de la aseguradora han sido groseros. En ocasiones tienen buena voluntad, pero no tienen la información o preparación suficiente y remiten de área en área sin que se llegue a una solución final. Al momento de escoger la póliza, mi corredor de seguros me recomendó a Axa Colpatria, porque eran una firma de tradición, céleres en los trámites. Me arrepiento de la escogencia del asegurador.
Llevo cerca de un mes sin vehículo y no he podido proceder a negociar otro porque dependo del pago que la aseguradora me haga. Mis desplazamientos al lugar de trabajo se han visto afectados pues resido en zona rural de La Calera y trabajo en Bogotá. El transporte público no es la mejor alternativa y la aseguradora frente a cada queja me dice que investigará para dar una respuesta de fondo, pero nunca definen el asunto. Hace unos días me dieron $20.000 pesos en un bono de un almacén de cadena, maravillosa compensación que repara todos los infortunios que he sufrido por lo engorroso de sus trámites... Siempre me decían que las aseguradoras tenían conductas torticeras, dilatorias y que en su gran mayoría buscaban evadir el pago de los siniestros, ahora estoy por creerlo. En mi caso no sé cuánto tarden en pagar o si realmente lo vayan a hacer.
Por último, recomiendo a quienes tomen una póliza que ampare cualquier riesgo que se asesoren, que busquen opciones en el mercado y se documenten sobre cuáles son las mejores del sector asegurador, no siempre el precio más bajo compensa las incomodidades que se deben pasar con compañías carentes de humanidad.