Y fue cuando después de haberle contado a la vigorosa luna todas mis penas del corazón y que nota mi espiración, ella amablemente accede cumplir todos mis deseos ¿sabes que pedí? Le pedí que te iluminara a cada instante para que la oscuridad nunca apagara tu luz.
Le pedí que fuera tu único confidente para que tus secretos fueran una mezcla entre el misterio y lo divino.
Le pedí que todas las noches tu rostro fuera reflejado en ella para que todos fueran testigos que es a ti a quien quiero ver en mi ventana; cuando la señora soledad este en su chequeo de rutina.
Le pedí que antes de irte a dormir te recitara tu poema favorito para que pesadillas malintencionadas no intervinieran en tus sublimes sueños.
Le pedí que te recordara siempre que en algún recóndito lugar se esconde un hombre que hoy escribe para ti.
Le pedí que te abrazara muy fuerte cuando la melancolía te invadiera para que tus tristezas fueran sanadas por arte de magia.
Le pedí que me visitara por el resto de mi vida para que me contara cuan hermosa te ves siendo la persona más feliz del mundo.
Le pedí que se convirtiera en tu sombra para que te acompañe a esas aventuras donde juntos recorren el universo.
Y por último, le pedí que te besara en las noches para que su suspiro delatante te recordara inmediatamente mi perfume encarnado en tu piel. Fue curiosa su reacción al terminar, su mirada picarona de lo tan obvio, me llevo a una conclusión; era como si se hubiese dando cuenta que eran momentos de ensoñación que hubiera querido cumplir a tu lado.