Ellos salen, nosotros entramos es el título de la columna publicada por el exalcalde Juan Gómez Martínez en el periódico El Colombiano el pasado jueves 17 de diciembre y en la cual plantea la pomposa tesis de que “(...) mientras los países que han gobernado con las teorías de la extrema izquierda salen de esa política después de los fracasos evidentes, Colombia, en manos de Juanpa (como le gusta que le digamos), hace todos los esfuerzos para ensayar esa política que tanto mal le ha hecho a la humanidad.” Sin embargo, más que la descontinuada grandilocuencia laureanista o el repetido y fracasado chiste de Juanpa, lo que desconcierta de la columna de Gómez Martínez es la absoluta falta de sustancia en el análisis.
Haciendo gala de un profundo conocimiento en historia política de octavo grado el doctor Martínez (como le gusta que le digamos) invierte el resto de su columna en enumerar los ejemplos de los regímenes socialistas fracasados —Rusia, Alemania Oriental, China, Cuba, Argentina (¿?) y Venezuela— y nos enseña con inefable agudeza que en cada uno de ellos la ilusión de igualdad se diluyó entre la corrupción y los privilegios acumulados por las castas dirigentes. Tremenda conclusión excepto porque es una verdad de Perogrullo evidente desde hace décadas.
La sorpresa es que el exalcalde termina su columna con una inconexa arenga en contra del proceso de paz sin dedicar un solo renglón a explicar su tesis inicial: ¿qué está haciendo el Gobierno Santos para convertir a Colombia en un país de extrema izquierda?
Todavía me estoy reventando la cabeza intentando pensar
cuál de las movidas de Santos conduce a la eliminación de la propiedad privada
y la socialización de los medios de producción
En los libros de texto dice, si mal no recuerdo, que la extrema izquierda propende por el socialismo y que este se fundamenta en la eliminación de la propiedad privada y en la socialización de los medios de producción. Yo todavía me estoy reventando la cabeza intentando pensar cuál de las movidas de Santos conduce a algo parecido a eso. A nadie con dos dedos de frente y con un mediano grado de escolaridad le puede sonar verosímil que un personaje como Juan Manuel Santos, hijo de una de las familias más aristocráticas de Colombia, promueva el socialismo. En especial porque no existe una sola evidencia de ello (firmar un acuerdo de paz con una guerrilla izquierdista no lo es, por si hace falta aclararlo para los ingenuos y para los que no lo son tanto pero sacan ventaja política diseminando el miedo entre quienes sí lo son).
Pero lo de Martínez no es ignorancia. Es todo lo contrario. Se trata de la misma estrategia dela prensa chicha creada por el fujimorismo en el Perú para difamar opositores o para distraer la atención pública: presentaban en su primera página un titular escandaloso (Cae caníbal que atacó a 30 mujeres) que en muchos casos ni siquiera desarrollaban en las páginas interiores. Algo parecido a pescar con dinamita: uno lanza el petardo y con total seguridad algunos incautos caerán.
Me van a perdonar pero el doctor Juan Gómez está, para usar una expresión de esos ancestros que tanto lo enorgullecen, Meando Fuera del Tiesto: existen demasiadas críticas sensatas que hacer al gobierno Santos como para elegir una que presuponga la imbecilidad de los lectores.
