Tras los 20 años de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de productos del campo (ANEC), se organizó un evento en Ciudad de México llamado “Encuentro Internacional de Economía Campesina y Agroecología”.
En la ANEC hay diferentes agrupaciones campesinas mexicanas productoras de granos básicos, las cuales decidieron producir y comercializar sus productos, de manera organizada y directa, tras la desregulación de los mercados agrícolas, y la privatización que ha intentado acabar con los campesinos mexicanos.
El encuentro ANEC contó con la participación de líderes agrarios de diferentes países de América, entre los cuales estuvieron dos de los líderes más destacados del campo colombiano en los últimos años; César Pachón quien es el líder de Dignidad Papera y es vocero nacional de Dignidad Agropecuaria; movimiento el cual surgió tras las problemáticas del agro, causadas por las nefastas y fracasadas políticas agropecuarias que han implementado gobiernos como el de César Gaviria, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos), y Oscar Gutiérrez quien es el director ejecutivo de Dignidad Agropecuaria y uno de los líderes más reconocidos del movimiento Dignidad Cafetera, y del sector cafetero en Colombia.
Las problemáticas del agro no solo están en Colombia, países como México también sufren el abandono del agro, como las imposiciones del gobierno de turno. En este evento (Encuentro ANEC) los diferentes líderes agrarios evidenciaron la problemática que vive su sector, tras el intento de monopolizar la agricultura en el mundo, por medio de las semillas transgénicas, comercializadas en su mayoría por MONSANTO, “empresa transnacional que controla alrededor del 90% del mercado mundial de semillas transgénicas. Para el caso de México, esta transnacional es la principal beneficiaria de los primeros permisos de siembra experimental de maíz transgénico.”
En México el gobierno de Enrique Peña Nieto no ha cumplido los 17 compromisos que estableció con los productores agrarios, una vez inicio su gobierno. Uno de los acuerdos que más les preocupa a los productores agrícolas mexicanos es la erradicación de la pobreza alimentaria, la cual ha aumentado desde la llegada de Peña Nieto al poder, de “27 millones a 400 mil en 2012 a 28 millones en 2014”, según Víctor Suárez, director ejecutivo de la ANEC quien, además, informó que el aumento de la pobreza alimentaria se da debido “a una política pública del sector agropecuario errónea”.
Esa política agropecuaria no ha beneficiado a los medianos y pequeños productores mexicanos, pero sí a las grandes empresas como Bimbo y Monsanto.
Para el caso de Colombia el panorama del campo no es el más alentador. A pesar de que el gobierno del presidente Santos realizó grupos como “el pacto agrario”, investigaciones como misión rural y estudios sobre el agro como el llamado censo agropecuario, el desarrollo rural colombiano no es el mejor, y la disposición del gobierno para atender, acompañar y solucionar las problemáticas agrarias y de los campesinos tampoco. Lo anterior debido a que el pacto agrario, la misión rural y el censo nacional agropecuario no cuentan realmente cómo está la situación del campo, escondiendo información y, además, generando aparentes espacios de concertación que se han hecho con los terratenientes y los grandes empresarios, pero que nunca se han realizado con los medianos y pequeños campesinos.
Desde la internacionalización de la economía en 1990, y hasta el presente año, ningún gobierno se ha preocupado por elaborar y ejecutar una política pública agraria que impulse el desarrollo rural, el cual pueda estar acompañado de agro industria, como de la comercialización de los productos colombianos en el exterior (exportación), para así hacer del agro colombiano una potencia regional y mundial.
En el panel del encuentro ANEC llamado Posicionamiento de organizaciones campesinas y movimientos sociales intervinieron Óscar Gutiérrez y César Pachón, quienes representaron a Colombia allí, y evidenciaron la crisis que atraviesa el sector rural actualmente.
Gutiérrez expuso la situación de la producción agropecuaria colombiana y los daños del libre comercio a los agricultores, mientras que Pachón se centró en la pérdida de la soberanía alimentaria de Colombia, tras las políticas que privilegian las semillas de Monsanto transgénicas, sobre las semillas nativas, las naturales. También habló sobre las deudas de los bancos, la falta de asistencia técnica, de voluntad política, el cuidado de los páramos, y la importancia de las semillas, el agua y el territorio, para el desarrollo rural colombiano.
En conclusión, la agricultura está amenazada tanto en México como en Colombia por dos factores: la falta de voluntad política y el poder de las transnacionales como Monsanto, factores que ponen en riesgo el desarrollo rural de estos dos países, pero que lucran y llenan los bolsillos de unas clases políticas y de unas transnacionales que quieren tener el control y el monopolio de la agricultura en el mundo.
Tenemos la tarea de comprar y consumir alimentos nacionales sanos y nutritivos, que no tengan el sello Monsanto y que no atenten contra nuestra salud. Las clases políticas, tanto de Colombia como de México, deben legislar para sus habitantes y no para las transnacionales que atentan contra la soberanía y la seguridad alimentaria de estos países.
Twitter: @JUANCAELBROKY
