Cuando Lionel Andrés Messi Cuccittini fue bautizado en una iglesia de Rosario, Argentina, sus padres sonrieron al ver que el bebé no batallaba en los brazos de sus padrinos y, por el contrario, se mostraba impávido, como concentrado en los gestos del sacerdote, y que cuando el agua bautismal cayó sobre su cabeza no se dignó hacer una sola mueca.
Como si desde tan temprana edad Lionel ya tuviera conciencia de sí mismo y un gran sentido de la discreción.
Por suerte existen biografías que pueden dar cuenta de esas anécdotas y autores que se lanzan a escribirlas, como lo ha hecho el periodista francés Frédéric Traïni en su libro Messi, una vida en grande (1).
Hoy, 11 de agosto 2021, día en que Lionel Messi consolida la firma de su contrato por dos años con su nuevo club, el Paris Saint-Germain, y está a punto de comenzar a entrenarse en nuevas canchas tras haberlo hecho durante dos décadas de leales y fieles servicios en su escuela-madre La Masia y su club-padre el Barça de Barcelona, vale recordar una de las primeras biografías publicadas en París para público francófono, que en materia de gloria y de fama se limita a citar aquellas del gran argentino que fue Diego Armando Maradona.
Lionel Messi no concedió ninguna declaración al periodista francés para esta biografía. Frédéric Traïni recurrió a documentales, biografías escritas en español y en catalán y a otras dedicadas a Diego Maradona, Ronaldo de Assis o Ronaldinho, Samuel Eto’o, Gérard Piqué y Carles Pugol, otras estrellas que antes, entre tanto y después han hecho parte de la constelación de Leo Messi.
Frédéric Traïni utiliza en especial su experiencia de 20 años como corresponsal de L'Équipe en Barcelona, lo cual le permitió observar la evolución de Messi en el terreno de juego, su integración en el Barça, su contacto con el público, siempre acompañado de la figura tutelar de su padre y empresario Jorge Messi.
Una vida resumida en cinco capítulos
El libro cita, en cinco capítulos y a grandes rasgos, los momentos claves de la vida de Messi, y lo que es mejor, desde su llegada al mundo: Lionel Andrés, 24 de junio de 1987, un bebé muy pequeñito según sus padres. Se impone de hecho pasar por su infancia, que transcurrió en el barrio Las Heras, cuna de los primeros inmigrantes italianos instalados en la ciudad de Rosario, y resaltar sus primeros logros como jugador en el junior del Newell’s Old Boys NOB (1994) de Rosario, con sus entrenamientos en la escuela de fútbol infantil en las islas Malvinas, que acababan de sufrir años antes una guerra que pasó a la historia atormentada de Argentina.
El mundo del pequeño Lionel se presentaba muy bien. Era amado por sus padres, gente de la clase media de una de las ciudades más bonitas de Argentina donde nació Ernesto Guevara de la Serna, El Che. Por su buen carácter y talento era también muy apreciado por sus coequiperos y, ante todo, era la gloria de su abuela Celia, la primera en ofrecerle un balón de fútbol.
A los 10 años se revela, sin embargo, un problema en el desarrollo físico del niño Messi: “En las fotos del fin de curso veía que mis compañeros iban creciendo y que yo era siempre el más chico”. Un problema de salud que requería un tratamiento exigente y oneroso en un país de dictaduras, y después de la de 1976, abocado a la tenebrosa gestión económica y social del expresidente Carlos Menem en los noventa. Ello planteaba a la pareja Messi-Cuccittini el reto de ofrecer al tercero de sus hijos un tratamiento médico adecuado, pero costoso.
Don Jorge el padre, consejero, protector y ahora empresario de su hijo, optará por aceptar de todos los halagos que empezaron a llegarle de los clubes europeos, el que les envió el Barça de Barcelona, pues traía la mejor proposición: tratamiento médico, formación, integración profesional.
Es así como el 16 de septiembre de 2000, con apenas 13 años de edad, Lionel Messi pisa por primera vez el suelo europeo para integrar a los pocos días la prestigiosa y exigente escuela de formación del FC Barcelona, la Masía, algo así como la Universidad de Oxford del fútbol en Europa.
Traïni recueda los comienzos de Messi en la escuela del Barça: “Desde ese tiempo el joven jugador mostraba tener ya una idea precisa de su carrera y se comportaba como un profesional. Siempre con una sonrisa infantil para todo el mundo que escondía una voluntad impresionante”.
“Un día le anunciaron al responsable de FC Barcelona de la época, Carles Rexach, que un joven argentino había llegado a la Masía. Rexach fue a darle una vuelta al estadio para ver al joven en pleno entrenamiento. ¿Quién es ese?, ¿dónde están sus padres?”. Habría preguntado Rexach a sus acompañantes por las canchas de entrenamiento de la Masía. Cinco minutos más tarde, el padre de la futura estrella del fútbol le habría preguntado: “¿Quieres quedarte en esta ciudad?”. Cinco minutos que bastaron para cambiar el destino de ese joven y del fútbol mundial.
Pero tendrán que pasar seis años desde esa fecha para que Messi y su padre, ayudados por los que desde el primer momento comprendieron el potencial del muchacho, para superar las dispendiosas gestiones migratorias y hasta los apriorismos culturales para que Lionel Messi pudiera al fin integrar la planta de jugadores profesionales del FC Barcelona. Lo hará sin embargo como jugador “extracomunitario”, como lo fueron Ronaldhino el brasileño y Samuel Eto’o el camurunés, dos coequiperos que acogieron al argentino como a su hermano menor.
Frédéric Traïni deja preguntas en esta biografía que la prensa deportiva mundial se plantea con insistencia: ¿es Messi quien le ha dado relieve al actual o pasado FC Barcelona o es el FC Barcelona el que ha esculpido el genio de Messi? Los expertos dirán que ni lo uno ni lo otro, o que las dos tesis se complementan.
El FC Barcelona es el club que ha ganado los grandes torneos en Europa. Para muchos hinchas y aún para sus opositores es o era el mejor equipo del mundo. Para los catalanes sencillamente es “El equipo del mundo”.
Leo Messi ha sido galardonado seis veces con el Balón de Oro al mejor jugador del año otorgado por la revista deportiva France Football y avalado por la FIFA: 2009, 2010, 2011, 2012, 2015 y 2019. En su edición especial de 2019 el semanario definía a Leo Messi como “un jugador absoluto”. El libro de Frédéric Traïni explica esa excelencia en la mezcla de talento, inteligencia, constancia, serenidad, ambición en el juego y buena suerte, una estrella que lo acompaña “porque se puede tener el mejor equipo del mundo y no ganar”, decía hoy en París Leo Messi para tratar de calmar los ardores de aquellos que piensan que Leo Messi tiene que ganar porque es Leo Messi.
“Leo el marciano, testarudo, solitario, revelación, Diuz, el pie de Dios, el músculo del diablo…”. Todo ese ser único en el “laberinto albiceleste”, y es ahí donde se percibe una grieta que no se sabe de dónde proviene, ¿de Messi o de la Selección nacional argentina?
Messi, el argentino sin Argentina
¿Mecci, ha dicho usted Mecci ? Mientras que Messi y el Barça comenzaban a contabilizar sus victorias en España, los argentinos mostraban poco interés por su jugador ausente. Traïni lo recuerda: “Al cabo de un tiempo de haberse ido de Rosario, la famosa AFA se preguntó por fin quién era ese chico del que tanto se hablaba en Barcelona”.
La AFA decidió enviarle una carta invitándolo entonces a cumplir sus compromisos con la selección nacional : “Señor Lionel Mecci”, escribía en el encabezado de su misiva la AFA el 29 de junio de 2004.
Mientras que en la Argentina de Messi no sabían escribir correctamente su apellido, en Barcelona lo trataban como una joya. Pero aquella carta sirvió para que Lionel Messi vistiera la camiseta Argentina contra Paraguay ese año.
En la contraportada del libro de Traïni aparece la célebre frase de Diego Armando Maradona sobre esta revelación que lo sucedió a él en el podium de la fama de los jugadores argentinos en la esfera mundial: Ver jugar a Messi es mejor que hacer el amor.
Y por tanto… la relación entre ellos no fue de lo mejor cuando Messi tuvo que asumir su liderazgo de la Selección Argentina en el Mundial de Fútbol en Sudáfrica en 2010… con Maradona como director técnico.
Messi y los Albicelestes, una alquimia que no se ha dado. Dejemos a los expertos que nos expliquen las causas.
Lionel Messi, el jugador de la otrora selección de Josep Guardiola (su ángel protector), argentino de nacimiento y español por adopción, es hoy un joven que a sus 33 años tiene paralizados a los hinchas del Paris Saint-Germain en espera del primer partido con este club francés, aunque en la realidad este le pertenezca al Estado de Qatar, o mejor, al Qatar Sport Investments.
Con su aire de niño educado, modesto y sonriente, el yerno ideal, como lo describe Frédéric Traïni, Leo Messi, hará soñar por sobre todas las cosas, como en Barcelona y ahora en París, a las grandes marcas de alta costura, perfumerías, compañías aéreas… “Messi vende de todo, desde productos dietéticos hasta carros de la más alta gama”.
Lionel Messi solo detesta que lo llamen Lio. “Recuerden bien mi nombre, Leo, mi nombre es Leo Messi”, dijo una vez a un grupo de periodistas que lo esperaba a la salida de la Masía. Tenía 16 años en aquel entonces...
Hoy, 11 de agosto de 2021, París exulta ante la llegada del emblemático jugador del Barça y ahora lo verá llevar la camiseta del Paris Saint-German, y quizá por fin levantar con él los trofeos de los grandes torneos en Europa hasta ahora vedados. En homenaje a esa esperanza de sus hinchas le decimos entonces: Messi beaucoup Leo, París espera tu magia por estas tierras.
(1) Leo Messi, une vie en grand, Hugo&C, Paris 2012 ISBN 978-2755609257
