Desde hace cinco meses dos mujeres guerreras desde el territorio ancestral indígena Wayuu de Katsaliamana, jurisdicción del municipio de Uribía, decidieron tomar la bandera de su pueblo, de su nación, de la Gran Nación Wayuu, para decirle a Colombia y al mundo entero que la multinacional Cerrejón está asesinando al pueblo, secándole sus lechos de aguas, desviando ríos y arroyos, y devastando extensas hectáreas de vida.
A pesar de las amenazas de muerte y atentados que han recibido sus líderes, ellas permanecen a sol y agua desde la línea férrea en su territorio ancestral invadido y saqueado por Cerrejón. Permanecen en resistencia pacífica viendo cómo cada media hora pasa el tren cargado de toneladas de carbón mineral extraídos de las entrañas de la madre tierra.
Desde su territorio ancestral le dicen al Gobierno nacional que detenga la masacre ambiental que le roba la vida a la madre tierra, que detenga el saqueo que tiene sumergido en miseria el presente y futuro de su pueblo.
Tal vez por eso se han lanzado panfletos con amenazas de muerte para que se quiten de la línea férrea, han ordenado al Estado colombiano que meta sus grupos de terroristas para que secuestren a las autoridades tradicionales, golpeen y maltraten a mujeres y niños.
No obstante, están esas dos mujeres que decidieron tomar las banderas de la resistencia, diciéndole al Estado colombiano y al mundo entero que si se tienen que morir por defender su territorio que las entierren sobre la línea férrea.
Hoy, como líderes y profesionales de la Gran Nación Wayuu, queremos brindarles un homenaje a estas dos mujeres guerreras, madres Wayuu, que son nuestro ejemplo, símbolo de resistencia y lucha: Rosa Boscan y María del Rosario Ruíz Ipuana
El espíritu de nuestros ancestros estará con ustedes dándoles sabiduría y fortaleza, y nosotros como líderes estaremos en pie de lucha apoyándolas.