Como el eslogan de Mayo del 68 “la imaginación al poder”, es la alternativa que con humor se toma la exposición de la Galería Cano. Esta exposición sí pensó en la oportunidad de recibir más público en el fin de semana de Artbo porque abrió sus puertas con la exposición Los políticos al poder con anterioridad. Se inaugura hoy sábado 26 de mayo a las once de la mañana.
Es una exposición colectiva donde la idea fue realizar una muestra sobre estas elecciones presidenciales tan atípicas en la historia política de Colombia, donde los partidos tradicionales tienen una escasa participación, donde existe una urgencia de distanciarse del establecimiento y donde aparecieron nuevos mecanismos mediáticos para convocar a la audiencia. En estos momentos, y más allá de las ideas partidistas, lo que prima son sentimientos: rabia y miedo. Fatiga y esperanza.
Para convocar a los artistas se les envió una urna transparente de acrílico para que las intervinieran. Unos lo hicieron, otros prefirieron las instalaciones, la pintura, el grabado y el dibujo porque a propósito de la sátira política, invitaron también a caricaturistas.
En la entrada esta un puesto de votación al que le cuelga –en dibujo- un aviso “vote y coma” de la suculenta democracia. La papeleta de votación tiene a los candidatos presidenciales y vicepresidentes en un desorden, parejas de las que resultan conclusiones explosivas. Es explicita una de las maneras de comprar el voto en especie. En un afiche verde dice el nombre del restaurante “Vota mal” con desayunos de $1.800 y almuerzo o comida de $1.700. En otro restaurante popular ofrece un extenso menú escrito en tablero con tiza. Una vez usted vota, le regalan un tamal en servilleta.
Sigue una caja acrílica donde Pedro Ruiz propone el voto en blanco con un rollo de papel toilet. En la puerta del baño de la galería el colectivo CasaCano tiene una instalación que lleva como título El baño del presi donde están conceptualmente involucrados varios candidatos: los zapatos Crocs colgados del timbre y el poncho arriero del candidato invisible, la declaración de la izquierda de una cachucha verde de Petrosky con la histórica estrella roja y la bandera de Cuba. Abajo en la puerta están dos calzoncillos de 2 tallas de Vargas Lleras “a la manera como las chicas salieron en bikini a repartir votos” y al final un afiche que dice: Yo voto por el que diga Poncho Zuleta…
Dentro de otra urna Diego Mazuera se inventa una bomba de tiempo con fotocopia de dólares abajo y los explosivos redondos conectados a un reloj de noche que funciona con dos tiempos. Arriba de la caja y a salvo, un dibujo de un ladrón con su bolsa al hombro que lleva corrupción.
Fernando Cano hace una instalación sobre las propuestas productivas en una pila de aguacates de marca Petroass.
Entre los caricaturistas está Bacteria que muestra cinco trabajos: en uno habla Ordóñez a través de un micrófono hecho de un fósforo, la otra es de Santos parado en un podio donde la bandera que cuelga tiene un escudo de la República de Odebrecht y otra son los zapatos Crocs y atrás se asoman dos ratones asustados.
Mico dibuja dos viejos tomando café. Uno le dice al otro: “Yo vendería el voto al candidato honesto que me pague justo.” En otra caricatura Uribe va caminando por la calle con un coche mientras pasea a un niño con chupo y sombrero. Una pareja madura se acerca y comenta mientras ven al niño ¡cómo se creció! Y Uribe dice: y si viera en las encuestas. En otra, Uribe le lee el cuento de Caperucita Roja en una cuna a Duque y le dice: El lobo es un buen muerto.
Beto tiene otra versión de Duque como maniquí funcional, mientras Uribe por detrás le da cuerda.
Osuna muestra otra cara de lo mismo: A Fajardo y de la Calle se encuentran apretados en el centro y a quienes se les pide: sálvenos ustedes de los cocos. Del coco de Petro y del coco de Uribe.
En la galería, Antonio Caro cocinó durante tres días una mermelada que la colocó en un frasquito. La marca es Cara del año 2018. Lo colocó en un elegante estuche de terciopelo azul y a la tapa la sostiene una cuchara barata. También presenta un afiche que dice NO en negro que es un proyecto del voto popular de 1974.
Otra obra es instalación de las mermeladas. Una de almendras. Su nombre Juanpa. Realizada en Estocolmo y con sabor amargo. La otra es la mermelada 4-G.
Elsa Zambrano realizó uno de sus ensamblajes en la urna de votación donde mezcla la obra icónica del Museo del Louvre: la Victoria de Samotracia rodeada de algunas imágenes de Niño del 20 de Julio, muchas palomas de la paz mientras soldados los cuidan o Eugenia Cárdenas que colocó dentro de la urna un libro del Código de Comercio comido por el comején y el tiempo.
Faltan muchas otras obras y muchas versiones de la realidad. Mañana son las elecciones. Ya veremos.