En el artículo donde analizamos algunos aspectos del informe del gerente nacional de la Federación de Cafeteros al Congreso realizado en el mes de diciembre de 2020 afirmamos lo siguiente: “Es importante señalar que el gerente, en su informe, desconoce la realidad de lo que va a suceder o, por lo menos podría suceder en el mercado mundial con el café de Brasil que, en el año cafetero 2020/2021 perderá o puede perder participación porque —contrario a lo que afirma el gerente— antes que aumentar, la producción de café arábigo de Brasil caerá, o puede caer, en 15 millones de sacos”.
Y a renglón seguido agregamos: “Es extraño que de este asunto nada se diga, pero es de conocimiento universal que la ACB-SINCAL* ha señalado, en carta a la ministra de Agricultura de Brasil, Sra. Tereza Cristina Correa da Costa Dias, que: 'En un marco de normalidad climática y debido a la bianualidad natural del parque cafetero de arábica, se esperaría que Brasil cosechara en 2021 similar a la cosecha de 2019, es decir, 34 millones de sacos, pero nos atrevemos a correr el riesgo de decir que la cosecha 2021/2022 puede no llegar a 20 millones de sacos, menos del 40% de lo esperado'. Y agregan la razón de su afirmación: 'tenga en cuenta que hasta ahora las lluvias siguen siendo pocas e irregulares en las regiones mencionadas, incluso si el clima no se normaliza inmediatamente, también puede traer pérdidas para las cosechas después de 2021'. La carta está fechada el 6 de noviembre de 2020 y fue difundida profusamente. ¿Cuál es la razón para no informar al Congreso Cafetero de esta situación?".
Pasó más de un mes sin que se tuviera respuesta u opinión alguna sobre lo referenciado en el artículo, pero ¡oh sorpresa!, en entrevista con el periódico Portafolio, el doctor Vélez, gerente de la Federación de Cafeteros, señaló: “El año tendrá como protagonista la situación climática de Brasil, país que el año pasado fue afectado por una sequía que afectará la producción del 2021. Se está hablando de una disminución del 20% en la cosecha brasileña para el presente año, es decir, 15 millones de sacos menos, y la mayoría de esa producción corresponde a café arábica”.
Pero mayor es la sorpresa cuando el Dr. Vélez afirma en el mismo reportaje que: “El precio del café es una variable que hoy no nos preocupa” y, la verdad, no es extraña la afirmación dado que, en otro reportaje había afirmado que, para los caficultores colombianos, un buen precio era un dólar con 20 centavos. Pero, más sorpresa causa la afirmación de que 'el mayor reto de la federación es avanzar en los cafés especiales. El destino de estos productos son pequeñas cadenas de tiendas en el mundo, que se han visto impactadas por la pandemia, por las cuarentenas'”.
Ante estas novedosas afirmaciones insistimos en las preguntas formuladas en nuestro artículo: Si las predicciones sobre la caída de la producción de arábiga en Brasil son ciertas, y creemos que lo son, ¿no deberían los países productores buscar, desde ya, mejores precios para su grano? Y preguntamos, además, ¿a qué precio se harán las compras en el mercado de futuros para 2021?, ¿qué mensaje envía el gerente general al mercado con la afirmación que el precio del café hoy no nos preocupa?, ¿cuál será la relación de la federación, a través de las cooperativas, con el mercado de futuros en 2021?, ¿se repetirá la situación del año 2020?, ¿volverá a comprarse la cosecha a precios, con diferencias abultadas, en contra de los caficultores?, ¿continuará el deterioro de las cooperativas?, ¿se colocará en riesgo la garantía de compra que depende, en gran parte de ellas? Hoy son muy difíciles las condiciones financieras y no pocas tienen balances deficitarios. Algunas, incluso, se las tomó la corrupción y la gerencia de la federación, frente a eso, ¿qué dice y qué hace?
El mercado de futuros es difícil de adivinar, es cierto. Sin embargo, las compras a futuro, aunque hacen parte del juego de la especulación, tienen unos lineamientos que facilitan a los que manejan la información y los mercados comprar con un margen que usualmente les generan ganancias más que pérdidas; y a los que están sujetos a vender a los monopolios que compran a futuro, casi siempre terminan con pérdidas superiores a las ganancias.
Por eso, reiteramos dos consideraciones. ¿No debe ser diferente la fórmula para definir el precio interno? Y, otra que debería explicar el gerente con toda la claridad, ¿podemos despreocuparnos del ingreso de los caficultores y considerar que precios internacionales del grano, de un dólar con 20 centavos o un poco más, son precios remunerativos? Y, como puede ser posible que compare este año con el anterior y, afirme que: “Como el grano en el mercado internacional se negocia a futuro, en este momento la perspectiva de menor oferta ha generado un pequeño aumento. La libra de café está hoy entre 1,25 y 1,30 dólares, y antes estábamos entre 1,0 y 1,10 dólares. Esto nos da la idea de que los precios del 2021 van a ser muy similares a los del año pasado, y quizás un poco por encima”. ¿El aumento del precio va a ser muy poco en el mercado mundial?, ¿el faltante de 15 millones de sacos dará un precio, “quizás, un poco por encima”?
Uno se pregunta, ¿a quién favorece o a quién representa el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros?, ¿a los productores colombianos o a las multinacionales que manejan el mercado mundial?