Solo los mercadereños conocen del fogaje y la sed que les produce un sol que les parece propio, cuando de movilizarse por el bienestar de sus comunidades se trata y el calor que se refleja en el pavimento de un pueblo sembrado al sur del Cauca, sobre todo cuando llega el mediodía en medio de consignas y pitos de motociclistas que apoyan la protesta.
Un verdadero esfuerzo marchar en estas condiciones, más cuando el propósito de la movilización social es para escuchar respuestas en torno a las expectativas que un político y un gobernador de turno le prometieron al pueblo, en lo que parecía una solución a la problemática que por más de treinta años vienen padeciendo, luego de que el viejo acueducto se convirtiera en una ducha a lo largo de la red.
La “Gran marcha ciudadana por el agua potable” del 27 de marzo en Mercaderes empezó desde que les prometieron un acueducto nuevo, por allá en 2013, que solucionaría el problema de abastecimiento, potabilidad y cobertura y que hoy, luego de una supuesta inversión de más de seis mil millones de pesos, la problemática de falta del servicio de agua es común para todos los habitantes de este territorio maciceño.
La marcha del sábado 27 reunió a comunidades rurales, que también debían beneficiarse del servicio, a las juntas de acción comunal, al comercio local y centenares de sedientos mercadereños, que madrugaron a levantar sus pancartas exigiendo no solo el servicio con calidad del agua, sino también que se investigue desde las entidades de control, el paradero de los recursos destinados para la construcción del acueducto, que hasta el sol de hoy no funciona.
La ciudadanía expresa que el servicio de agua se ha agudizado desde noviembre de 2020, pues se empezó a recibir el servicio 1 vez por semana y luego por pocas horas al día, con baja presión, alta turbiedad y sin estudios apropiados que respalden que es apta para el consumo humano.
La marcha, que atravesó de oriente a occidente el municipio con temperatura tan elevada como el viejo tanque del acueducto, dejó en el pueblo inconformidad permanente en los mercadereños, que vienen de movilizarse meses antes para decirle no a la minería y en defensa de las fuentes de agua que abastecen a varios municipios del Cauca.
“Primero, nos tocó salirle al paso a las intenciones de quienes querían afectar el medio ambiente, los ríos y quebradas del territorio, incluso nos alcanzaron a destruir el Sambingo y ahora, marchar en contra de la corrupción, pues se gastaron un platal en un acueducto que no sirvió”, comenta una lideresa que despliega una pancarta donde se exige el derecho al agua.
Entonces el Parque General Santander del municipio se llenó de inconformes y en un acto público los marchantes dieron lectura a la proclama, con la que se declararon en asamblea permanente e indefinida hasta tanto no se cumpla con sus exigencias, una de ellas fue que se preste el servicio público de suministro de agua bajo los estándares de salubridad, calidad, cantidad suficiente, continuidad y disponibilidad.
El día 29 de marzo, el senador Temístocles Ortega Narváez en intervención radial en Radio 1040 no reconoció las falencias estructurales que presenta el acueducto y habló sobre la responsabilidad que tiene la alcaldía municipal y Empomer en el mantenimiento de las instalaciones y la operación del servicio, pues para él se trata más de un problema de operación que de infraestructura.
Esta postura del senador está enfrentada con la de los voceros de la marcha, quienes han enfatizado en que el acueducto “nuevo” jamás funcionó apropiadamente y solicitaron que se encuentre a los responsables. Es importante resaltar que este acueducto empezó a construirse en la gobernación de Temístocles Ortega y culminó en la administración de Oscar Campo.
Expresiones como “irregularidades en la ejecución del acueducto” y “buscan solucionar problema de agua en Mercaderes”, se convirtieron en una seguidilla de titulares en los medios de comunicación, sin que ello genere en los entes de control atención para asumir medidas inmediatas ante la situación que padece el municipio, por ahora, parece ser que los mercadereños seguirán izando pancartas y alistando el sombrero para posibles marchas, la sed será lo de menos en ese momento.
Hoy es común escuchar desde las voces de los habitantes de este municipio información relacionada con la crisis de agua potable en Mercaderes y todo arranca en la expresión “promesa”, pasa por la cifra invertida, mencionan a ex gobernadores, a la Empresa de acueducto local, hablan del acueducto que no sirvió y terminan con llamado a las “ïas” para que investiguen sobre el recurso embolatado; aquí todos saben qué está pasando, pero parece ser que más allá de los límites del municipio no se escuchan las razones.
Las intervenciones durante la movilización enfatizaron en la vulneración a los derechos humanos, pues el acceso al agua está relacionado con la vida, la salud, la educación (y muchos otros derechos) y que se continuará con el ejercicio de la protesta pacífica pues la marcha del 27 de marzo era el inicio de un gran proceso de movilización que entablará un ejercicio continuo de exigibilidad de derechos conformado por varias actividades, entre ellas, una gran audiencia pública en la que los diferentes actores responsables tengan un diálogo directo con la ciudadanía.
Por ahora, parece ser que la incandescencia del sol que cobija a los mercadereños en cada marcha, no les mella la esperanza de contar prontamente con agua para calmar la sed que traen de años atrás y bajo esa reflexión les preocupa que sea la corrupción las que les produzca, más que sed, indignación.