A propósito de la muerte de Gabriel García Márquez, y de su gran conmoción en las redes sociales, como Facebook, Twitter e Instagram, donde al conocerse la noticia rápidamente se convirtió en tendencia, con etiquetas como #GraciasGabo y #CienAñosdeSoledad rindiendo tributo a uno de los grandes de la literatura latinoamericana, me atrevo a decir que en su gran mayoría estos mensajes por parte de figuras públicas, famosos y ciudadanos, ponen evidencia que tanto lee y estudia la sociedad colombiana pero sobretodo, que tanto mentimos sobre los libros que leemos. Y es que la gran mayoría de las personas que dicen haber leído un libro nunca lo han hecho, sin embargo citan el libro y en reuniones sociales entre amigos y familiares citan frases y alocuciones de los autores literarios como si fueran conocedores de este, cuando a veces solo se han leído la última página del libro para ver como acaba la historia o en su defecto para parecer conocedores de la historia se leen el resumen. Este fenómeno se presenta en la sociedad colombiana, según Robles (2013), debido a que:
“Mientras [que] en Europa una gran parte de la población se había acostumbrado a usar el libro para educarse, informarse o divertirse, y al llegar los medios audiovisuales pudo conservar buena parte de sus hábitos de lectura, en Colombia la gente se acostumbró a informarse y divertirse mediante el radio o el televisor, sin que se desarrollaran la infraestructura cultural y los hábitos de uso del tiempo libre ligados al libro”
En Facebook, Instagram y Twitter cientos de fotografías con frases de cómo Gabriel García Márquez “Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor” y “Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía”, por mencionar algunas, me resulta paradójica tanta batahola y eruditos que le salieron a nuestro país, cuando las visitas a museos y bibliotecas disminuyen cada vez más, del mismo modo que la venta de libros, aunque con la muerte de Gabriel García Márquez puede que probablemente sus obras literarias sean adquiridas por mas colombianos para su biblioteca personal, porque ahí es donde reposan y se conglomeran todas las colecciones literarias de algunas familia, pero me resulta irónico que muchos hagan alarde de frases de Gabriel García Márquez, cuando nos encontramos en un país que no tiene el hábito de la lectura. “No habla muy bien de un país que sus habitantes lean solo un par de libros por año, entre ellos libros escolares. Muchos aún no entienden que cuando la gente lee más, rinde más en el estudio, es más competente en su trabajo y se comporta mejor en sociedad” (Libreros, L. L. 2013), y si desde jóvenes no se cultiva este amor y esas ansias de adquirir nuevos conocimientos, nunca se dará un despertar por ser conocedor de figuras literarias y obras de arte, que resulta en ultimas en la educación, y todas esas pruebas que miden el nivel y rendimiento de los estudiantes a partir de estos exámenes, tal vez, pero solo tal vez, dejarían mejor parado a Colombia y no reafirmaría una vez más mi teoría basada en la simple percepción y de la lectura de algunos artículos científicos a nivel nacional, que los colombianos mentimos sobre los libros que leemos.
Referencias
• Libreros, L. L. (2013). Colombia no solo lee apenas 1,9 libros por año, también lee mal. Recuperado de http://www.elpais.com.co/elpais/cultura/noticias/tanto-leemos-colombiano
• Robles, J. (2013). ¿Por qué los colombianos leen tan poco? Recuperado de http://www.semana.com/opinion/articulo/los-colombianos-leen-poco-opinion-joaquin-robles/360609-3