La expropiación de la espada del libertador Simón Bolívar y la toma del Concejo de Bogotá, son las primeras acciones que dan nacimiento al M-19. Durante 16 años, entre 1974 y 1990, este grupo estuvo en la lucha armada hasta que se firmaron los acuerdos de paz con el Gobierno de Virgilio Barco Vargas. Producto de estos pactos, dejó las armas, entró a participar en política y a ser protagonista en las elecciones a cargos públicos.
Hoy en día, el Centro de Documentación y Cultura para la Paz, fundación sin ánimo de lucro, es la encargada de guardar la memoria del M-19 y los lingotes de hierro de más de 100 kilogramos que están a la espera de una propuesta creativa o cultural para representar la paz.
Este 9 de marzo se cumplen los 25 años de aquellos acuerdos de paz, el primero en el mundo occidental firmado sin que mediaran ni vencedores ni vencidos, y tal vez un buen espejo para el actual proceso que se lleva a cabo con la guerrilla de las FARC.
PACIFISTA habló con algunos de los protagonistas del acuerdo. Después de 25 años, ¿valió la pena apostarle a la paz?, ¿cómo se benefició el país?, ¿qué tanto les cambió la vida?
Vera Grabe
“En estos días encontré un texto de Estanislao Zuleta, que decía que hay revoluciones que se hacían y otras que suceden. Yo creo que la paz y lo que nosotros hemos hecho es de esas revoluciones que suceden. Colombia es un país complejo, con muchas violencias, muchas guerras cruzadas y la paz no es la panacea ni la barita mágica. Pero hubo algo de sentido de oportunidad… la paz del M-19 fue oportuna. Menos mal nos salimos de la guerra.
El M-19 mostró que la paz no es solo negociación, también es decisión de renuncia a la guerra. Además, nos salimos de ese enredo, de todas esas mezclas y mutaciones que tiene hoy la lucha armada. Creo que es esencial haber demostrado que no solamente es un cambio para la paz, sino la paz como una posibilidad de cambio”.
Jorge Miguel Sánchez Giraldo
“A título personal, la paz fue la posibilidad de reencontrarme con mi familia, de volver al estudio formal, de poder construir un discurso con otros y con otras personas diferentes a mí. Yo creo que ha sido lo más satisfactorio en mi vida. Y podernos encontrar cotidianamente con los compañeros de siempre y con los nuevos”.
Antonio Navarro Wolff
“Fuimos precursores en entender lo que hoy está entendiendo toda la gente alzada en armas. El alzamiento armado no iba para ninguna parte, lo único que produce es daño y deterioro.
Pero además coincidimos con el momento de la Asamblea Constituyente, y esa coincidencia hizo mucho más acertado la decisión que tomamos. Nos tuvimos que tragar una cosa muy fuerte, que fue la muerte de Carlos Pizarro, 45 días después. Pero también acertamos al decir, aún con una agresión de ese tamaño, había que seguir el camino que habíamos empezado el 9 de Marzo.
En estos 25 años, el M-19 ha cumplido. Es un proceso de paz que ni siquiera los más feroces contradictores pueden negar que salió y produjo resultados buenos. Y, obviamente, el primer resultado se produjo y el más importante de todos fue nuestro papel en la Asamblea Constituyente de 1991.
25 años es una fecha que amerita que digamos: este camino que empezamos hace una generación, es el de las próximas generaciones… así que saquemos pecho”.
Otty Patiño
“Esto que se está viviendo ahora en Colombia es, en buena parte, producto de lo que se abrió hace 25 años. Empezó un cambio hacia la paz, que hoy está viviendo sus últimos momentos. Desde que nos desmovilizamos, no he dejado de pensar y de luchar porque haya una paz definitiva. Ese fue el compromiso y eso es una necesidad”.
Luz Amparo Jiménez
“Ha sido muy importante para mi descubrir que hay gente muy valiosa en todas partes: en las Fuerzas Armadas, en La Policía, en el sector empresarial. Mi ejercicio en estos 25 años, ha sido de encuentro, de trabajo conjunto por transformar realidades de la ciudad, con otros sectores. Toda esta experiencia creo que ha sido posible construirla porque el M-19 no fue una organización sectaria. Fue una organización muy incluyente y muy respetuosa con otros sectores del país. El espíritu era de esfuerzo por transformar realidades pero no desde el odio”.
Armando Novoa
“Hace 25 años en las horas de la mañana de un 9 de Marzo, un día caluroso, en las montañas del Cauca, hubo un acto solemne, muy bello. Lo recuerdo como si fuera hoy, en el cual participaron los máximos líderes del M-19. Carlos Pizarro y Antonio Navarro -junto con el Ministro Carlos Lemos Simmonds- le anunciaron al país que se había producido un pacto de paz. Nadie alcanzó a dimensionar lo que significó el acuerdo. Un filoso italiano, Giorgio Vattimo, ha dicho que lo único nuevo que ha pasado en el mundo desde el punto de vista de los cambios democráticos, fue lo que ocurrió en América Latina en esos años, cuyo punto de partida fueron los acuerdos del M-19 en Colombia.
Mi vida, mi modesta vida, sin lo que ocurrió el 9 de Marzo del año 90, hubiera sido muy aburrida. Haber acompañado ese proceso, me dio la oportunidad de conocer un mundo distinto, el de la lucha por la democracia, el de la creatividad, el de compartir momentos tan especiales y tan históricos como el del pacto de paz que se suscribió en ese entonces, en el departamento del Cauca y que después se trasladó a las urnas de toda Colombia”.
Ángel Beccassino
“No creo que todavía se haya llegado a lo que la gente quiere imaginar que se llega cuando se dan pasos de este tipo. Y en el contexto actual, creo que, nuevamente, la gente tiene expectativas muy superiores a lo que está en curso de ocurrir si las cosas salen bien. A veces uno pretende que la historia se mueva mucho más rápido de lo que la historia necesita para moverse. Hay otros tiempos”.
Darío Villamizar Herrera
“Hace poco, una niña de 15 años me preguntó: ¿Usted no se arrepiente de lo que ha hecho? Y le contesté: no. Mi paso por el M-19 fue fundamental. Hoy soy quien soy gracias a eso, gracias al tiempo que viví como militante del M-19, a la gente y al país que conocí.
Ese paso que dio el M-19, lo hemos sintetizado en una frase: sí, efectivamente ha valido la pena. Creo que lo que se está haciendo hoy en La Habana es una negociación que se hubiera podido haber hecho hace muchos años, sin que eso significara para la guerrilla de las FARC o del ELN, claudicar o dar de baja sus principios, ni nada por el estilo”.
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