Es probable que más de una vez usted sin saberlo haya leído un libro que Carmen Balcells ayudó a publicar. El Hay Festival Cartagena será el escenario perfecto para recordar a esta mujer. El sábado 28 de enero se proyectará La Cláusula Balcells, un documental que recoge testimonios de escritores, familiares y demás allegados que vieron de cerca su carácter. El periodista español Xavi Ayén, guionista del documental, estará presente durante la proyección en Cine Colombia del Centro Comercial Bocagrande.
De no haber sido por Carmen Balcells, es muy probable que el mundo se hubiese perdido más de una joya literaria. Fue la agente literaria de escritores como García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar y por eso mismo fue pieza clave en la publicación de obras como Cien años de soledad, La guerra del fin del mundo o Rayuela. Su trabajo le aseguró un lugar en la historia de la literatura latinoamericana del Siglo XX. No en vano García Márquez la llamó la Mamá Grande, y así la percibieron muchos de sus escritores.
A lo largo de 60 años gestionó más de 50.000 contratos. Se hizo amar entre los escritores y odiar entre los editores. Era la pesadilla de estos últimos. En efecto, antes de ella, el escritor debía casi que agradecerle al editor por la publicación de su obra. Este último tenía todo el poder, había contratos vitalicios en condiciones poco favorables para el autor.
Fue en los años sesenta, cuando empezó a trabajar con Carlos Barral, director de la editorial Seix Barral, que cayó en cuenta que un agente literario no podía estar del lado del editor frente al autor, sino que debía ser al contrario. Así comenzó un largo camino que la llevó a eliminar los contratos vitalicios con las editoriales y a introducir cláusulas de sesión por tiempo limitado sobre los derechos de una obra. Su lucha en favor de los autores le valió infinidad de enemistades.
Le gustaba tener a sus escritores cerca. Por eso convenció a García Márquez, a Vargas Llosa y a varios autores más de irse a vivir a Barcelona. Les conseguía desde casa hasta folios para las máquinas de escribir. Todo para hacerlos sentir cómodos estando cerca de ella. Así, Barcelona se convirtió en un epicentro cultural para la literatura y las letras. García Márquez le preguntó: ¿Carmen, me quieres? Ella responde: “No te puedo contestar a eso porque supones el 36,2% de nuestra facturación”.
Balcells fue visionaria. Una vez que fundó su agencia se dio a la caza de nuevas plumas. Cayó en cuenta que al otro lado del Atlántico también se hablaba español y que ahí podría haber muchísimos autores que pasarían a la historia. Así muchas obras se publicaban en España y de ahí llegaban de vuelta a Latinoamérica. Antes, se quedaban en sus países de origen. La agente literaria ayudó a que hubiese una mejor distribución de los libros por todo el continente y a que los autores traspasaran fronteras.
Fue tal su importancia que hasta los poderosos la buscaban. No había persona que se negara a contestarle una llamada. Ni siquiera jefes de estado. Muchos de ellos también escribían y sabían que Balcells podía hacerles realidad el sueño de publicar un libro. Así ocurrió con el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari. Tal vez su única frustración fue que no pudo publicar las memorias de Fidel Castro. En alguna ocasión le envió un cheque en blanco acompañado de la nota “¿Comandante, cuando me va a dejar publicar sus memorias? Aun las espero” convencida que recibiría una respuesta. Nunca se supo si recibió respuesta pero en todo caso, se quedó con las ganas de publicar las memorias de Castro.