Hace 22 años cuando los guerrilleros de la última columna del EPL que operaba en Norte de Santander y el sur del Cesar y Santander entregaron las armas, un joven campesino de quince años no lo hizo. Se trataba de Víctor Ramón Navarro, hoy conocido como Megateo.
Escribía y leía con dificultad. Nunca había salido de su lugar de nacimiento, San Calixto, un pueblo perdido en La Serranía de los Motilones. Como muchos campesinos de la región formó parte de las milicias populares del EPL, que operaban en la región. Le gustaban las armas y no quiso desmovilizarse. Él junto a otros guerrilleros rasos se reorganizaron y con el apoyo de la guerrilla del ELN formaron dos frentes: el Ramón Gilberto Barbosa, con presencia en Puerto Santander y la zona arrocera, y el Libardo Mora Toro que actuaba en la provincia de Ocaña y el Catatumbo, liderado por Hugo Carvajal Mosquera alias “El Nene”. A este último se vinculó Megateo.
La presión de la fuerza pública no redujo a una pequeña organización con pocos hombres, mal armados y con limitaciones, logísticas y militares y políticas se replegaron en zonas de retaguardia en las zonas rurales de Hacarí, San Calixto y El Tarra, municipios donde habían tenido presencia en los años 70. Una zona extremadamente pobre, agreste en donde además tenían presencia las FARC y el ELN.
Esta región estaba además plagada de cultivos de coca y se convirtió además en el objetivo militar de Salvatore Mancuso para cuya toma conformaron el Bloque Catatumbo de las AUC.
Las fumigaciones por parte de la Policía antinarcóticos forzaron que los cultivos de coca migraran a la provincia de Ocaña, principalmente a los municipios de Hacarí, San Calixto, Teorama, El Carmen, Convención y El Tarra. La misma región a donde se había replegado el EPL que ahora estaba comandado por alias David, alias Omar (herido en un bombardeo y capturado recientemente) y Megateo, y cuya fuerza ahora estaba en la coca. Megateo controlaba la ruta Ocaña-Aguachica- Costa Caribe y desarrolló la de Ocaña-Cúcuta-Venezuela convirtiéndose en el hombre del negocio de la coca en la frontera.
La Fuerza Pública lo tiene en la mira pero Megateo se mueve con el halo de guerrillero pero como un gran capo mafioso con un esquema de seguridad conformado por 30 y 40 personas que operan como una familia a quien remunera con amplitud.
Las grandes sumas de dinero que maneja, en una región con tanta precariedad económica, así como su experiencia militar, le han dado acceso a las esferas del poder político y económico regional, e incluso a poner de su lado a funcionarios públicos. Muchos en la región lo ven como un mecenas, un patrón bonachón que financia las fiestas de los pequeños corregimientos, presta plata sin intereses, dirime litigios de linderos y regala ropa.
A final de 2010, y recién posesionado el Presidente Santos, Megateo aliado con el Eln y las Farc, se hizo sentir con un golpe en que murieron cinco policías, que seguido de otros enfrentamientos produjo la muerte de al menos treinta militares en dos meses. Desde ese momento se convirtió en uno de los objetivos más importantes para la Policía y no haberlo capturado se convirtió en una de las frustraciones con las que se retiró de la institución el general Naranjo.
Con ocasión de las marchas del Catatumbo el nombre de Megateo, un hombre del que todos hablan y miran pero nadie ve ha tomado fuerza nuevamente. Esta ahí en la región y un último video trasmitido por Noticias RCN no solo lo muestran en plena actividad sino con su pinta inconfundible del guerrillero capo del Catatumbo.