Esta veloz futbolista le metió un centro muy picante al actual mandatario de la potencia mundial Donald Trump. En enero, declaró que, si su selección ganaba el Mundial, no tenía intención de visitar la "puta Casa Blanca". Ya en Francia dijo que mantenía su posición, pero que retiraba la palabra “puta” no por temor o respeto a Trump sino por su madre. “Mi mamá estaría muy molesta por esa palabrota", aclaró.
Mientras tanto el presidente le respondió: “Megan debería ganar antes de hablar”.
Y ella le metió un penalti y lo dejó callado. Fue la mejor jugadora de la final del mundial de fútbol femenino jugado en Francia el presente año, salió ganadora del balón de oro y el botín de oro, los dos títulos individuales más significativos entregados durante la ceremonia a estadio lleno en Lyon. Que por cierto tuvo más audiencia que la final de la Champions League.
Pero sus triunfos vienen desde tiempo atrás. Megan no solo es la primera en el fútbol estadounidense. Rapinoe y su pareja Sue Bird, basquetbolista profesional, se convirtieron en la primera pareja gay en posar para la revista ESPN's Body Issue, en la que otros deportistas de alto rendimiento ya han mostrado su piel.
Esta hermosa mujer de 34 años pasó a la historia de los Juegos Olímpicos al ser la primera jugadora en anotar un gol olímpico en la edición de 2012 cuando su selección se enfrentaba en semifinales a Canadá.
Fue la primera mujer blanca capaz de arrodillarse mientras se entonó el himno nacional de su país como símbolo de protesta, gesto que otros deportistas de fútbol americano habían iniciado para denunciar abusos policiales contra la comunidad afro.
Desde que hizo pública su orientación sexual en 2012 ha estado en constante polémica; la actual capitana de la selección de Estados Unidos, además de una estrella del balón pie defiende luchas feministas, es un icono para la comunidad LGBT, y también promueve la paridad salarial entre hombres y mujeres en el fútbol, todo un derroche de talento, inteligencia, valores humanos y carácter.
Así se despidió de la copa del mundo esta centrocampista, tetracampeona, bicampeona consecutiva, mejor jugadora, goleadora con 6 tantos. P0r su parte Trump solo se limitó a felicitar.
El mundial se acabó, pero la lucha sigue, ya se ha recorrido camino en el fútbol femenino, pero faltan más beneficios, mejores salarios y más apoyo, sobre todo en los países como Colombia en los que sus deportistas sufren cualquier cantidad de injusticias, maltrato y hasta abuso sexual y cuando salen a denunciar se convierten en antagonistas sufriendo censura.
Pese a todo y en contra de muchos pronósticos las chicas superpoderosas se alistan para la Liga Femenina Colombiana con la firme esperanza de mejorar las condiciones laborales, pero sobre todo la popularidad de este deporte y la asistencia de la fanaticada.
La invitación es a asistir a los estadios y apoyar el fútbol femenino nacional e internacional.