Por supuesto alcalde Daniel Quintero que usted tiene derecho a defenderse y buscar ser restituido. Pero no tiene derecho a creer que usted es más importante que la ciudad para la que fue elegido.
Con sus insultos y convocatorias a la desobediencia al alcalde encargado está dejando en evidencia una egolatría destructiva, donde no deja duda alguna que tanto usted como su sequito de subalternos y su jefe político creen que son los importantes y no Medellín, la ciudad que dicen amar y por la que juran trabajar por encima de sus mezquinos intereses.
Señor Quintero, recuerde que es la persona elegida quien dignifica el cargo y no el cargo el que dignifica al elegido de turno.
Usted y sus subalternos le han demostrado a toda Colombia que no son diferentes a quienes dicen oponerse, a los mismos de siempre, a quienes ustedes consideran corruptos, mezquinos y tramposos.
Usted se valió de argucias legales y tecnicismos contables para eludir el referéndum revocatorio, un mecanismo democrático y constitucional.
¿Por qué, si usted está tan convencido de su excelente mandato, no aceptó someterse a la ratificación ciudadana? Era su gran oportunidad de demostrar que usted tiene la razón y no sus opositores. Ahora deja usted en evidencia su mezquindad y el desprecio por la ciudad y las instituciones. A usted solo importa una cosa: usted mismo.
Usted engañó a los electores al hacerse elegir como un candidato independiente, negando reiteradamente ser una ficha de Gustavo Petro. Pero para verdades el tiempo. Usted y lo que representa son una gran decepción para quienes queremos un cambio. Para elegir sin engaños, sin posturas camaleónicas.
Si usted, que apenas alcanzó la alcaldía de Medellín, se comporta como un dictadorzuelo, con una mezquindad ofensiva y una egolatría que no cabe en la ciudad que dice amar, qué se puede esperar de su jefe y mentor político si llegara a alcanzar la presidencia de nuestro país.
Los colombianos tendremos que seguir esperando nuevos y verdaderos líderes que quieran al país más que así mimos y a sus intereses mezquinos.
