Medellín, ¿la ciudad de la eterna puteadera?

Medellín, ¿la ciudad de la eterna primavera o de la eterna puteadera?

La problemática se salió de control: prostitución en los mejores barrios por donde transitan niños. “Qué chimba putear, parce, y conseguir drogas fácil en Medallo”

Por: Juanita Uribe
mayo 24, 2024
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Medellín, ¿la ciudad de la eterna primavera o de la eterna puteadera?

Llevo 5 años viviendo en Medellín, absolutamente feliz, porque como bogotana no lo voy a negar, tiene una arborización, infraestructura y clima que la hacen ser una ciudad única.

Por donde usted camine va a encontrar árboles, plantas, matas, flores, jardines en avenidas, calles, andenes, parques, barrios y hasta en los tejados, desde estratos altos hasta estratos bajos.

Medellín y en general el Valle de Aburrá, es una enredadera que brota de primavera; la maleza de Medellín es esa: ser bella. Le sale de lo natural, de su clima, de sus alrededores; la verdad, hay calidad de vida y es una delicia. Se ve que el paisa la cuida, la quiere, los impuestos en obras se ven, porque a diferencia de Bogotá, al paisa le duele si no le cumplen; se emberraca si le van a tumbar desde un árbol hasta una matera. Le gusta mantener su entorno agradable, bonito, limpio.

En pocas palabras, los paisas cuidan su casa, por eso a nosotros los rolos nos parecen tan regionalistas, y están en su derecho. Bastante les ha costado poner a Medellín en cierto prestigio y, sobre todo, en el top de listas de turismo.

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Y aquí empieza lo que quizás se ha convertido en un dolor de cabeza: el turismo, al que yo he nombrado, “sexuarismo”.

A estas alturas, para nadie es un secreto que muchos de los extranjeros que escogen o prefieren a Medellín como su destino turístico, o incluso para plantarse a vivir, han convertido la ciudad en un símbolo de turismo sexual, drogas y hasta prostitución infantil.

Y es que muchos de ellos alardean en sus redes sociales de lo que hacen y deshacen en la ciudad. Pues es que esa plática que a usted y a mí nos cuesta tanto, al gringo o al europeo le sale a huevo, y nada caro. Acá les rinde; la crisis en Estados Unidos ha hecho que muchos se replanteen y escojan ciudades de Iberoamérica que les dé calidad de vida a un precio no tan escandaloso y, más bien, con los beneficios del trópico.

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Vienen a consumir drogas y mujeres, abiertamente lo dicen, y por supuesto eso ya se ve hasta en los mejores barrios como El Poblado. Mujeres que siempre soñaron con ir a "las Europas" o a los "United States", para sentirse en la gloria, que de niñas fantaseaban con ser reinas de belleza sin tener nada en la cabeza, se prestan para ser damas de compañía de estos señores que, con cualquier acento extranjero y en su frente el signo de dólares o euros, menos de pesos, les cae en bandeja de plata conseguir la “latina” que les hable en acento paisa, les sirva aguardiente antioqueño y les baile reguetón con todo el combo del show hasta que acabe la función.

Es que ya no vienen solo a drogarse y estar en el parque Lleras buscando negocios de prostitución; ya ellos son los que montan el emprendimiento: consiguen este tipo de mujeres para negocios web cam, damas de compañía u OnlyFans, y drogas para los extranjeros que llegan o no están en el país.

Los que quieren la paisa (sí, porque el “jueputa, qué rico” de Esperanza se volvió un sello de exportación), que les hable en ese acento de mujer voluptuosa, buenona, colombiana pero paisa, ¡Ave María, ombe! Y el famoso “parcero que chimba, de ñapa” que cumpla con todos los requisitos del hombre que sueña con tener a una damisela a la altura de la esperanza que no propiamente es la que tantos colombianos anhelamos: que dejemos de tener solo fama de todo lo más bajo, rastrero y precario.

La problemática se ha salido de control: prostitución en los mejores barrios por donde transitan niños, ofreciendo sus servicios al mejor postor. O la que ya trabaja para su proxeneta al que le pone título de novio para aparentar en redes sociales que es él el que le consigue para sus lujos y sus viajes, y es quien la manda a operar o hacerle la liposucción, para estar punteando en el catálogo de lo que el gringo o el europeo quiere a su disposición.

Mujeres que poco o nada les importa prostituirse, prostituir chicas y hasta niños, con tal de dar la vuelta al globo terráqueo, para aparentar en redes sociales que gracias a su inteligencia e inspiración viajan, gastan y hasta muestran facturas de lo que han comprado porque para ellas eso es símbolo de poder y estratificación. La plata, mis humildes servidores, las engalana… el poder que en su pasado, lavando loza y trastos, no hallan la hora de desaparecer.

Pero a estas alturas, todo esto tan exótico como papagayo, como fenómeno de circo, es lo que al extranjero le llama la atención, para que vean el panorama de la pobreza en una ceremonia digna de circense representación. Y eso es lo que definen como Colombia: pura coca, mal gusto, combinado con diversión.

Convertir a Medellín en uno de los grandes prostíbulos de este platanal, hacerle creer a la gente que si lo sueñas lo puedes lograr, porque es gracias a su trabajo duro, y no al proxeneta o al chulo que está detrás de cada publicación que suben a las redes sociales esperando desesperadamente aprobación.

Juntar a mujeres con la autoestima por el piso, sin cultura, ni preparación, que no cogen un libro por equivocación, porque estudian inglés por la necesidad de levantarse un “patrón”. Juntarlas con el extranjero que se identifica con el reguetón.

Imagínese usted, tremenda combinación, un injerto de lo peor. La cultura kitsch de hacer ver a las comunas como el máximo esplendor pero en extrema pobreza, que sacan en videos porque a Medellín la quieren convertir en el Río de Janeiro, que les genere dinero, pero ¿esa platica dónde se queda? No la ve nadie de esta región.

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¿Qué clase de extranjero es el que está llegando a Medellín? El pederasta que insiste en entrar a un hotel con niños. ¿Cuántos casos van de prostitución infantil? Porque ese es el tema con la prostitución en la ciudad, ya no hay un control y se convirtió en una problemática social que además abarca el alza en los arriendos que al ciudadano de a pie le toca afrontar.

Estas mujeres con sus perfiles de viajes y vida de millonarias, incitan a los más jóvenes a seguir estos ideales y ayudan a convencer a los niños de que la plata se la ganen fácil, pero la cruda realidad es tener que aceptar que se acuestan con el que mejor les pague y las saque del país a pasear, mientras psicológicamente se van deteriorando de todo lo que les exigen que hagan y la vida se les va pasando entre selfies, reels e historias que tienen fecha y hora de caducidad, y el duro descaro de la cuenta de cobro cuando su cara y su cuerpo ya no les dé para seguir vigentes en el catálogo de su proxeneta italiano, que las hace creer que son reinas, pero todo esto no es más que un degradante espectáculo.

El mismo que las convence y les hace lavado cerebral de que la vida es ahora mismo y que nada de eso de “ética o moralidad”, y estas mujeres en su afán de figurar y aunque no tengan ni la más mínima elegancia, porque rayan en la vulgaridad, ni criterio o identidad, se convencen fácilmente de que esa es la vida y a disfrutar así lleguen a ayudarles a prostituir niños, porque el viaje y la champán hay que pagar.

El mismo proxeneta que aparenta en su Instagram que es hombre exitoso de negocios, porque es inversor en Forex o algún invento de programación y hasta productor de algún cantantucho de reguetón.

Ese tipo de extranjero es el que entra y sale sin ninguna regulación del país, el que va, viaja y regresa a Medellín como su casa matriz. El que va a otros países y habla de Colombia no solo de sus paisajes, válgame Dios que solo fuera así, sino de lo lindo y lo fácil que es conseguir coca, prepagos y, si usted quiere, niños y niñas para prostitución. Lo que no pueden hacer tan fácil en su país, se hacen llamar nómadas digitales y, para eso, vienen a Medellín.

Deteriorada la ciudad, mientras muchos en etapa de negación siguen insistiendo que hay que aplaudir ese ejemplo de progreso, cuando muchos sabemos que ese progreso es pura mafia y prostitución.

Los dueños de los inmuebles como burdeles, llenándose las cuentas bancarias como rechonchos lechoncillos, a costa de una falsa gentrificación, porque al nativo que le toca de sol a sol, no ve esa plata en sus bolsillos. Mientras el extranjero alquila un Airbnb y mete perico, marihuana y pepas venteadas, y la paisa que le diga “hueputa, qué rico” mientras le hace de Karol G algún bailecillo y le ayuda, además, al lavadero de plata.

Vienen a comprar apartamentos y casas, se adueñan de la tierra porque son los que pueden pagar por lo que en el mercado está en alza y luego piden hasta tres veces más o alquilan a un precio que los millonarios extranjeros solo lo pueden pagar. Colonización en pleno siglo XXI en Medallo que está más cara que la Capital.

Pero sigamos, estas ilustres damiselas se hacen pasar por influencers de cómo viajar por el mundo a punta de hablar y enseñar español, y llevar en sus hinchados pechos la bandera colombiana con fotos de bandeja paisa y chicharrón. Sus uñas acrílicas de metro y medio y su mañesada y ñerada atravesada, que no les cabe en vestidos de Christian Dior, pero que así estén más gordas que flacas, lo modelan como si estuvieran en Milán o París en una pasarela o en pleno viaje en un avión.

De historia no saben nada, solo se memorizan canciones de reguetón, por supuesto esto ha sido el éxito del extranjerismo: J Balvin, Maluma, Karol G se encargaron de que a Medellín se le vea únicamente como la ciudad del goce y, por supuesto, del roce.

Así que suben la selfie, el reel o el carrete mostrando sus burdos atributos, con una frase de Nietzsche, Aristóteles y hasta del mismo Sócrates, junto a una canción que en sus tumbas los ponga a sonar en el bacilón. Imagínese usted viendo al pobre Nietzsche matando a Dios, para terminar en el video de una vieja que se mueve para pelar el culo y las tetas y convencernos de que eso de la no moralidad sí lo habló ese señor, pues debe ser verdad.

Por supuesto esto no es porque ellas lo hayan buscado, sino porque su proxeneta se los ha inculcado y que coger con cualquiera que les dé para la noche en un lujoso hotel, es empoderante, pero la verdad es que ayudando a prostituir niños, no hay Nietzsche ni Aristóteles que valga, porque en realidad es una práctica aberrante.

No me quiero ni imaginar las conversaciones filosóficas con estas damiselas que no comprenden ni diferencian el tener el valor de defender su oficio, sino cobardemente esconderse detrás de un telón de subir historias explicándonos dónde queda Perú, Italia, México y clases de “historia” cuando han visitado Egipto. De la Wikipedia al mejor estilo de copy and paste de donde queda Ecuador.

Medellín, la nihilista a la que vienen por la pulsión de muerte que del placer les genera, famosa por las narconovelas que se venden en el exterior, donde aplauden y hacen apología a Pablo Escobar y no su contracultura que no ha logrado convencer, y nos toca solo estadios masivos de reguetón. Escobar lo logró, sigue siendo de su ciudad El Patrón.

Medellín, ciudad de conciertos de perreo intenso, de tusi, coca, pepas, culos y tetas. A la que los extranjeros les están quitando sus tierras al mejor estilo anglosajón, donde se disfrazan de nómadas digitales, pero en realidad ya tienen sus propios negocios de mafia y prostitución.

Avemaría, pero elevemos una oración a la virgen que nos dejó nuestro “don”, para que el progreso siga avanzando, porque por muy bella que sea la ciudad, lo triste es que al paisa le encanta la plata y poco o nada le importa de dónde ande trepada.

El problema se verá en unos años, porque a ese extranjero no le interesa contribuir culturalmente un peso, ni en avances científicos, ni en educación, sino como plaga dejar en decadencia lo que a ustedes les tardó tanto tiempo levantar, ayudados por mujeres que solo utilizan su acento paisa para seguir viajando por el mundo porque en realidad su sueño desde niñas era salir corriendo de este platanal y treparse a cualquier palo, así les toque obedecer órdenes de sus patrones que se aprenden rápidito en español: “qué chimba putear, parce, y conseguir drogas fácil en Medallo.”

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