Después de mucho tiempo aparece ante medios Isabel Fernanda del Río quien para muchos debería recibir la Cruz de Boyacá, pues gracias a ella fue posible la histórica clasificación de Colombia a cuartos de final en el pasado mundial. Lo anterior fue comentario a modo de chiste en redes sociales durante este año, pero lo cierto es que por causa de la golpiza que el entonces técnico de la selección, Hernán Darío Gómez, le propinó a esta mujer es que tuvo lugar el escándalo que dio como resultado la expulsión de Gómez y la llegada de Pékerman, dando pie a una de las alegrías más grandes que ha tenido el país en los últimos años. En todo caso, si no es por Isabel, a lo mejor Colombia no clasificaba ni a repechaje.
En entrevista con el diario El Espectador Isabel Fernanda contó cómo fue la historia que ocurrió a principios de agosto de 2011 cuando aquella famosa golpiza. “¡Me tiré mi vida, Isabel” fue lo primero que el ex técnico de la selección le dijo a la maltratada mujer luego de que ambos abandonaron el sitio en un taxi al percatarse de que quienes estaban en el lugar alcanzaron a presenciar todo lo ocurrido y le reconocieron. En efecto, aunque tal vez no imaginó las consecuencias, Gómez fue consciente de lo que significaba su acto y de que sería noticia.
La mujer cuenta que su principal motivación para dar la cara ante medios no es otra distinta a que el padre biológico de su hijo, quien actualmente es técnico de la selección de Panamá, asuma la paternidad del niño que no quiere reconocer. Isabel contó detalles de toda su historia con el técnico y cómo en un principio no le gustó pues se refería de forma muy despectiva a las mujeres, así mismo en aquel momento tenía como pareja a su actual esposa. Sin embargo, fue la aparente sencillez del personaje la causante de la atracción que sintió por él, todo empezó hace doce años cuando ella tenía 22 años y él 46.
Igualmente ella contrajo matrimonio con José Lenis en 2007, su novio de la época pues éste le daba tranquilidad. Según la versión de la mujer el hombre estaba enterado de la relación con Hernán Darío Gómez, aunque en entrevista con La W Radio Lenis dice que jamás estuvo enterado de ello y que tenía una relación activa con Isabel lo cual dista de lo que ella plantea de una relación netamente fría en la que se podía durar hasta 8 meses sin sexo.
Siendo las cosas así, Hernán Darío Gómez no solo golpeó a la mencionada mujer sino que mantuvo una relación clandestina por más de diez años de la cual tuvo un hijo, paralelo a su matrimonio con su actual esposa y los hijos que tiene con esta. Sin embargo, según Isabel la esposa del Bolillo estaba al tanto de todo, pues varias personas le habían contado de la situación.
De aquella noche cuenta la mujer que pocos minutos antes de la golpiza habló con una pareja a quienes les contó su historia, siendo esto algo que nunca había hecho antes con nadie “Es como si yo hubiera sabido que dos minutos después me iba a pegar porque esa pareja salió en varios medios contando todo”. Durante la golpiza no sintió dolor alguno pues no era consciente de lo que estaba pasando. No vino a sentir dolor ni derramó lagrima alguna sino hasta momentos después de haber asumido la situación. Contó como luego de haberse ido en un taxi regresó a buscar los papeles y la cartera que había dejado en el bar, los cuales fueron guardados por el administrador del bar quien la invitó a pasar a una de las oficinas del lugar y solamente ahí fue que la mujer pudo asumir la situación, destaca el hecho de que el administrador no habló en ningún medio de comunicación.
No obstante, lo que más sorprende a Isabel es que el máximo testigo de todo lo sucedido, el taxista en cuyo carro tuvo lugar la discusión en dónde se hablaron todas las verdades, tampoco haya hablado en ningún medio, pues nadie mejor que él conocía la historia. En el taxi el Bolillo Gómez le expresa a Isabel su preocupación por su imagen, sus hijos, su esposa, su familia y las repercusiones que este escándalo podría tener ante lo cual la mujer no puede hace más que estallar de la rabia al ver que el hombre que acababa de propinarle tal golpiza en ningún momento se preocupara por ella. Como era de esperarse en los días posteriores Hernán Darío Gómez fue especialmente enfático en que Isabel no hablara con la prensa, cediendo la mujer a sus pretensiones “Como será que estaba él que a mí hasta se me olvidó que me había pegado y sentí culpa”.