Compré la boleta de preventa en 445 mil pesos sin conocer el cartel que vendría al parque Simón Bolívar. Creí que iba a ser como en Chicago que tocó Paul McCartney, Metallica, LCD soundsystem, Jane’s Adicction Red Hot Chili Peppers, Radio Head o en Buenos Aires que tocó Robert Plant de Led Zepellin o Pharrell Williams. Estaba ilusionado con ver a los grandes del rock y por eso, aunque no tengo los recursos, me puse las pilas y le pedí el favor a un amigo y me endeudé.
Qué rabia ver el cartel de Bogotá, pero me siento tranquilo al saber que mis $450.000 no se van a perder y me van a devolver mi dinero tras su cancelación, según dijo la organización. Me provocaba llevar a mi hija que es medio Emo para que disfrutara a Lana del Rey, Disclosure o Wiz Khalifa. ¿Dónde putas quedó el rock? Me había quedado con el consuelo que vuelve a venir Esperanza Spalding que aunque es jazz me lo puedo tragar.
Lo que más me indignaba es que en el cartel aparezca, de sexto, Bomba Stereo. ¿Qué es esa vaina? Yo he visto más de cinco veces a este grupo y gratis y, la verdad, ya me tienen mamado. Y qué me dice que me empaquen a los hípsters esos insulsos de Monsieur Periné y los de Esteman. Qué falta de respeto con los espectadores, los que empezamos a ver estos festivales cuando invitaban a bandas de verdad como Metallica.
La frutilla del postre, sin duda, fue la inclusión de los barras bravas esos de Doctor Krápula, o crápula o como se escribe. Hay especialistas musicales que afirman que esta bandita resucitó el Ska y que hacen muchas obras sociales y todo eso. Pero yo no pagué casi medio millón de pesos para ver estos rellenos. Por eso, desde esta misma tarde pongo a la venta mi boleta en Facebook.
Dios mío, si hasta uno de esos conciertos que organiza Jorge Barón con el patrocinio de marcas tan reconocidas como Dolorán tiene más luminarias que esta joda. Rock al parque, que es gratuito y cada vez más pelle, tiene más cartel que esta rara combinación de música electrónica, rap y melodías para ahorcarse un atardecer de domingo como son las canciones esas que interpreta Lana del Rey.
Desde ya elevo mi voz indignada y declaro la muerte definitiva del rock-and-roll. Me imagino que la hipsterada debe estar feliz pero nosotros, la vieja guardia, que por pendejos nos comimos éste gancho ciego, protestamos. Ojalá hubiera un comité que velara por el buen gusto musical y pudiera proteger a los que todavía tenemos criterio, los viejitos anacrónicos que aún escuchamos a Pink Floyd y creemos que el último gran músico ha sido Jack White.
Qué pesar pero este cartel de Lollapalooza colombiano confirmaba que el rock lleva más de 20 años muerto. Lo mejor ha sido que se cancelara.
Este es el comunicado de la cancelación del 'festival de rock':
Artículo publicado originalmente el: 15 jun. de 2016 @ 11:05
