Tengo miedo de los cristianos
Más que al cristianismo hay que tenerle miedo al neo-cristianismo; ese mix entre enseñanzas de Jesús, de Moisés, mezcladas con filosofía barata de Paulo Cohelo, marketing de Goebbles y su buena dosis de tecnocumbia, reguetón, o cualquier ritmo que pueda servir para avivar las masas. En esa fusión han caído "pastores", "curas" y cuanto culebrero que bajo una sotana (o corbata) busca ser famoso y lograr llamar la mayor cantidad de feligreses que sedientos de un sentido para sus vacías vidas depositan su fe en el primer charlatán que se les presente y les hable en un lenguaje más o menos familiar.
Estos nuevos "líderes" espirituales no necesitan ninguna formación previa para hablar a una masa de personas, atrás quedaron los tiempos en los que los ministros de Dios se preocupaban por estudiar y por prepararse en la palabra para poder ejercer su "vocación", ahora basta con vestirse bonito y un seminario de dos o tres meses para poder salir por ahí a llevar "la palabra de Dios" a masas y masas de personas. Eso sí, el Neo-ministro tiene que tener las dotes de showman de otra manara ¿cómo se podrían garantizar ingresos constantes?
Bajo el paraguas de la libertad de cultos estos personajes han logrado incluso justificar crímenes y continuar campantes como si nada hubiera sucedido, recordemos a la pastora que discriminaba inválidos o como en esa misma iglesia se logró justificar el enriquecimiento ilícito escondiéndolo bajo el nombre de "diezmo".
Estos personajes han logrado no sólo manipular las enseñanzas de Jesús y acomodarlas a sus fines personales, sino también usar las libertades civiles para coartar las libertades y los derechos de los demás, tergiversan la libertad de culto y la libertad de expresión para inducir a las masas a creer que la libertad sólo pertenece a un grupo y que ese grupo tiene el derecho a determinar lo que es bueno y lo que es malo.
Por último, no imagino a Jesús haciendo algo parecido a lo que hacen los ministros modernos, en realidad no me imagino a un hombre del templo hebreo encima de una tarima expulsando "demonios", mientras abajo estaban los discípulos recogiendo en un cuaderno peticiones a 5000 pesos. Obviamente para no cansar al público entre expulsión y expulsión de demonios es doverosa una pausa musical con batería y guitarra eléctrica y con letras donde se habla de guerra contra "el enemigo", mientras se aviva a las masas a pagar "el diezmo", y afuera una tienda de agua transformada en vino donde te cobran la botella a precio reserva. No, definitivamente no me imagino a Jesús en esas.
@JgrKarem
