Señora alcaldesa claro que es una pésima medida. No la apruebo. No la apruebo porque es exponer aún más a las mujeres en una ciudad que no las quiere. Acuérdese que uno de los candidatos que disputó con usted la alcaldía consideró que Rosa Elvira Cely fue la culpable de su violación, empalamiento y asesinato. Esa ciudad donde nos desprecian es la que va a recibir a ríos de mujeres a partir de esta semana. La policía, misógina, transfóbica, ignorante, va a estar ahí para aprovechar las raqueteadas. No nos sentimos seguras.
Si, más que a los trans a las que peor nos va a ir es a las mujeres con el pico y género. Puede ser que esté exagerando con lo de la seguridad nuestra –igual los índices en Perú donde se adoptó la medida me dan la razón- pero lo que si es seguro es que las colas para comprar van a estar imposible.
Los hombres, criados por mamás machistas, no tienen ni idea de mercar. Además muchos creen que una esposa es solo una manteca, una muchacha del servicio dispuesta a atenderlo. Nos mandarán en masa ese día que nos toque a que nos infectemos entre todas de Coronavirus. Me imagino las aglomeraciones, el caos.
Señora alcaldesa, es lamentable que no haya sopesado en nosotras. Las calles de Bogotá no son un lugar seguro. Por lo pronto me echaré la cruz, rezaré para que todo salga bien, para que ningún policía me abuse y, sobre todo, para que las aglomeraciones que se formarán en los supermercados de Bogotá, no nos termine contagiando