Desde junio del 2021 se creía que Leider Johany Noscue, mejor conocido como Mayimbú, el indígena Nasa jefe de la Dagoberto Ramos, la disidencia del sexto frente de las Farc, se creía que estaba acorralado. Incluso llegó a decirse que estaba herido. Nada de esto fue cierto. Este viernes 11 de febrero el país se sorprendió al ver como el comandante mostraba solidaridad con el pueblo de Arauca por los continuos ataques en el departamento. Mayimbú es considerado el rey de la marihuana en Miranda, Corinto y Toribío, el triángulo de Oro, en el Cauca. En ese lugar se cultiva la mejor marihuana del mundo. Allí, en donde hace algunos años se daba casi que de manera silvestre la popular Punto Rojo, ahora arrecia la Cripy. Se estima que son ya 12.596 hectáreas cuyos moños jugosos se comercializan en buena parte del planeta.
Con una tierra fértil y sin control del Estado, el negocio de la marihuana en el departamento es el más apetecido. En las noches en el Triángulo del Oro ocurre un espectáculo hermoso y a la vez inquietante: la montaña se enciende. Son los cultivos hidropónicos que trabajan con sus plantas de energía para darle a la marihuana el poderío que la ha convertido en una de las más apetecidas por norteamericanos, canadienses y europeos.
Sin embargo, la nueva bonanza ha traído la muerte. Al final del 2018 cuatro líderes campesinos fueron asesinados en la zona. El más notorio de la lista fue el gobernador indígena Edwin Dagua Ipia del resguardo Huellas en Caloto. Sin embargo, la muerte que más alertó sobre los estragos que están causando la disputa del territorio por parte de disidencias de las Farc, ELN, EPL y Bandas Criminales fue la de Mónica Berenice, la argentina que organizaba los tours canábicos en la zona. A finales de mayo del 2018 a la mujer de 47 años la bajaron de una camioneta frente al cementerio de los Evangélicos, a cinco minutos del casco urbano de Corinto. En ese lugar, que se ha convertido en un botadero de cadáveres, le pegaron seis tiros. Hubo testigos, a nadie le importó.
La orden de esas muertes las habría dado Mayimbú. Su pelea con los Pelusos, desatada desde el 2014 por el control de la zona, ha hecho que el terror regrese al Triángulo de Oro. Pero lo que más molesta entre los taitas y los viejos sabios indígenas es que la bonanza marimbera haya inundado con ostentaciones a tradicionales pueblos en el departamento. Es cada vez más común ver a Nasas o paeces andar en carros de lujo, lucir pesadas gargantillas de oro, ropa de marca, ostentaciones nuevas. Las 100 mil personas que habitan el triángulo a veces no tienen otra opción que la economía ilegal. Allí no hay industria, no hay empresa privada y tal vez las únicas iniciativas propias son las tienditas a la vera del camino. Por algo esta zona le aporta al país casi el 10% de los cultivos de marihuana que hay en el país.
La desmovilización de las Farc lo único que hizo fue evidenciar la falta de estado. A la Dagoberto Ramos le disputan el territorio remanentes del EPL, ELN y pequeños grupos de mafiosos que sueñan con tener influencia en el Triángulo de Oro. Por ahora Mayimbú es el único que tiene la llave. Su comunicado, ampliamente difundido en el país, es una prueba más del poderío de un comandante al que el ejército, por ahora, no le toca ni un pelo.
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